Cómo hacer que me pasen cosas buenas

Muchas personas la han pasado muy mal durante estos últimos años por causa de la pandemia. Hoy en día están muy preocupadas y tienen miedo de que la situación se ponga peor. Todos quieren saber cuál es el secreto para que te empiecen a pasar cosas buenas, porque las cosas malas están sobrando.

Tener paz en un mundo tan descontrolado es posible. La muerte de un familiar, la pérdida de un empleo o enterarse de estar sufriendo una enfermedad mortal pueden cambiar por completo nuestro estado de ánimo; llenándonos de ansiedad y tristeza cada día. Sin embargo, la paz interior no depende de los acontecimientos externos, sino de la manera de asumir esos hechos.

Es bueno tener una dieta saludable, dormir las horas necesarias, hacer ejercicio, hidratarse bien, salir a la playa a relajarse un poco e incluso aprender a no estar haciendo multitareas todo el tiempo. Algunas personas tratan de tomarse ese estilo de vida muy en serio; pero a pesar de ello, no consiguen que le sucedan cosas buenas, según su perspectiva, y constantemente se sienten frustrados y decepcionados.

La famosa hormona del placer, conocida como la dopamina, si no la gestionamos adecuadamente, nos convertiremos en adictos a las emociones fuertes; es decir, si te conviertes en adicto a la segregación exagerada de dopamina, cuando no la produzcas al nivel en el que te has acostumbrado, entonces pensarás que todo lo que te suceda es malo.

Curiosamente, existen medicación para poder sentirse más feliz; pero esto no quiere decir que te van a empezar a pasar cosas buenas porque estás en tratamiento. La medicación puede tratar un síntoma, pero jamás va sanar una mente estresada, cansada o equilibrar unas emociones mal gestionadas.

Parece ser más sencillo tomarse una píldora para sentirse bien, para estar feliz, que empezar a hacerse preguntas incómodas a sí mismo y empezar a conocer el origen de tu percepción negativista ante el mundo y tu propia vida. Y, aunque en terapia te receten medicamentos, es mejor si tratas de no llegar a ese punto.

¿Has notado que una mujer embarazada en la misma semana que se entera de su gestación empieza a ver ropita y juguetes de bebés por todas partes? Antes de estar embarazada quizá pasó mil veces por la misma calle todos los días, pero no había notado la ropita de bebé que vendían hasta que supo que estaba gestando.

¿Te has dado cuenta que cuando quieres comer algo te aparece por todos lados? Por ejemplo, si estás a dieta y te gustan los pasteles, vas a empezar a ver ofertas de pasteles y publicidad sobre ellos en todas partes sin buscarlos. Te preguntarás ¿Cómo es posible que cuando decido hacer dieta aparezcan los pasteles en todas partes?

Los ejemplos anteriores, de la mujer embarazada o de la persona a dieta, solo son ilustraciones para hacerte entender que lo que percibimos de nuestro entorno es un reflejo de nuestros pensamientos más internos. Porque, aunque el que está a dieta trata de pensar en comer sano todo el tiempo, inconscientemente tiene una lucha con el deseo de comer pasteles, y eso hace que su atención se centre en lo que no debería comer de manera inconsciente, por eso ve pasteles en todas partes, pero en realidad los pasteles siempre han estado allí.

Si constantemente estás en estado de preocupación y frustración ante las situaciones que te suceden no podrás valorar adecuadamente lo que realmente te está sucediendo. Entonces, te preguntarás ¿Cómo saber qué me está sucediendo realmente?, ¿será que me imagino lo que me pasa o realmente me está pasando?, finalmente, ¿Cómo puedo hacer para que me pasen cosas buenas?

En este post, te comento algunos truquillos que van más allá de los consejos trillados sobre cómo empezar a hacer que te pasen cosas buenas, tener paz interior y aprender a gestionar tus propias emociones.

Instrucciones para hacer que me pasen cosas buenas

Lo primero que te recomiendo es leer solo las siguientes interrogantes y tratar de responderlas en una hoja de papel con tus propias palabras. Luego, lee las respuestas que te presento y compáralas con tus respuestas. Finalmente, reflexiona sobre ello.

  1. ¿Cómo tengo paz en una sociedad en guerra? Todo el mundo tiene una batalla personal cada día, la noción de guerra también tiene una perspectiva positiva si la vez desde un punto introspectivo en función del crecimiento personal. Todos tenemos alguna preocupación, un reto que afrontar para solucionar un conflicto personal; por lo tanto, casi siempre las personas ven los conflictos sociales desde su manera personal de resolver sus conflictos internos. De esta manera, analiza primero cómo estas resolviendo tus propios conflictos antes de echarle la culpa a la sociedad de tus carencias internas o de tu infelicidad.
  2. ¿Cómo puedo estar bien sin estar bien? Existe una frase conocida que reza “no hay que esperar estar bien, para estar bien”. Hoy en día las personas son adictas a experiencias emocionales extremas influenciadas especialmente por la psicología del marketing en las redes sociales; poco agradecen de las cosas buenas que tienen o les pasan. Vivir emociones vibrantes es como una droga que poco a poco va haciendo que perdamos el equilibrio entre lo que deberíamos sentir y lo que sentimos realmente. Cuando pasamos demasiado tiempo en la vida virtual neurológicamente perdemos en cierta medida el control de nuestras emociones y empezaremos a pensar que necesitamos ciertas cosas que nos presentan en el mundo digital para estar bien, porque de lo contrario no podemos ser felices.
  3. ¿Puedo decidir vivir feliz, aunque esté triste? Toda acción es generada por un pensamiento o idea, esta idea genera una emoción e incluso un sentimiento. No se trata de convertirte en un robot que decide ser feliz y ver todas las cosas que te sucedan como cosas buenas; se trata de tomar acción a pesar de los sentimientos que puedas creer que te están limitando para alcanzar una meta: tener paz. En otras palabras, no es que vas a actuar como si no te pasara nada malo nunca, es que vas a actuar como si eso negativo o doloroso que te sucede te está brindando la oportunidad de descubrir otras fortalezas que no habías explorado en tu interior.
  4. ¿Cómo recuperar la voluntad para sentirme bien? La voluntad es la capacidad del ser humano para posponer una recompensa en función de mayores beneficios. No tiene que ver realmente con las cosas externas que suceden: si te pasan cosas buenas o cosas malas. Porque lo que es bueno para ti puede ser malo para otro. La capacidad de decidir posponer la recompensa nos hace seres superiores, por lo cual ejercitar la fuerza de voluntad va a servirte mucho para que puedas alcanzar el nivel de bienestar que deseas.
  5. ¿Cómo manejo la frustración? La frustración simplemente es una gestión lenta de tus emociones y siempre aparecerá en tu vida, no es algo malo, es normal. Cuando te acostumbras desde niño a que te resuelvan los problemas y no aprendes a manejar emociones como la ira o la tristeza es común que la frustración esté a la orden del día para ti. Poco a poco debes eliminar la gratificación instantánea por parte de los demás por todas las cosas que hagas o sientas. Es importante ejercitar la tolerancia ante la frustración aprendiendo a identificar tus propias emociones para que el periodo de frustración cada vez sea más corto y manejable.
  6. ¿Cómo puedo dejar de preocuparme? Es imposible. Siempre tendrás que preocuparte por algo y eso es bueno porque te motiva a tomar acción. Sin embargo, la excesiva preocupación sin acción es la manera disfuncional de afrontar los conflictos. El estar en constante estado de alerta ataca tu sistema inmune a tal punto que puede incluso somatizarse la preocupación en enfermedades; por lo cual, debes tomar muy enserio esto de ocuparte en vez de preocuparte, porque para nadie es un secreto que un estado de estrés sostenido puede llevarte a padecer enfermedades tan graves como el cáncer.

¿Que necesitas para hacer que me pasen cosas buenas?

  • Dejar de lado un poco la preocupación y ocuparte más por tomar acción.
  • Es importante aprender a dormir adecuadamente sin necesidad de medicaciones que intervienen en los procesos químicos de tu cerebro.
  • Si sientes que no te sucede nada bueno en tu vida es probable que necesites consultar a un especialista para que con terapia puedan buscar el origen de ese sentimiento.
  • Tienes que ser consiente que “estar bien” es un “estado” no una sensación, ni depende de una emoción. Un estado depende básicamente de una decisión que se ha tomado en función de pensamientos que se priorizan ante las reacciones que puedan producir en ti una situación determinada.
  • Detente unos minutos para reflexionar. Cuanto más dependes de lo que sientes o de tus impulsos menos podrás percibir adecuadamente la realidad.
  • No existe una vía de escape fácil del aburrimiento, del desánimo o del estrés, por lo tanto, es vital asumir tu cuota de responsabilidad ante lo que estás sintiendo y no tapar el sol con un dedo. Tienes que tomar en serio el reto de accionar en lo debido, aunque te cueste. Echarle la culpa a las cosas que te pasan no va a hacer que te pasen cosas buenas.

Consejos para hacer que me pasen cosas buenas

 

  1. Si no aprendes a gestionar tu vida, a trabajar tu personalidad, a identificar y manejar tus emociones; aunque estés bajo tratamiento médico, cuando abandones la medicación tendrás una recaída y pensarás que no te pasan cosas buenas otra vez e incluso puedes llegar a estar emocionalmente peor que antes del tratamiento médico.
  2. La negación nunca va a ayudarte a resolver un conflicto. Por lo tanto, si has llegado hasta aquí leyendo es porque realmente piensas que no te están pasando suficientes cosas buenas en tu vida y quieres que te sucedan. Ahora bien, es posible que estás negándote a ti mismo que algo no va bien en tu interior y estés echándole la culpa a las cosas que te pasan externamente de tu estado interior. Reconoce ahora mismo que no estás bien y empezarás a ver el cambio.
  3. No te de miedo reconocer que tienes inseguridades e incomodidad con tu manera de ver los conflictos que se te presentan a diario, es normal. Lo importante es minimizar el estado de incertidumbre sobre cómo aprender a gestionar tus emociones para que no te llenes de estrés y puedas buscar información adecuada.
  4. No te olvides de la resiliencia, esa capacidad que todos tenemos para superar los eventos traumáticos de la vida y seguir adelante. Todos somos capaces de ser resilientes, de eso no cabe duda. Cuando sales de un conflicto, siempre lo harás fortalecido por la experiencia; experiencia que te ayudará más adelante a valorar las cosas buenas y malas que te han pasado para afrontar nuevos conflictos de mejor manera.
  5. La ilusión siempre te va a ayudar a alcanzar tus metas en la vida real; por lo tanto, imagina cómo puedes alcanzar esas metas. Imaginar que ya la has alcanzado, aunque parezca algo tonto, te ayuda neurológicamente a tener paz interior y empezar a valorar adecuadamente las cosas que te pasan.
  6. Recuerda que lo que el corazón desea con fuerza la mente se lo va a acabar mostrando. Tienes que volver a darle vida a las ilusiones que tenías, porque neurológicamente hacerte ilusión con algo ayuda a que tu química cerebral produzca nuevas conexiones neuronales sin necesidad de alguna medicación.
  7. Cuando tus neuronas están en movimiento tendrás la sensación de que te están pasando cosas buenas, pero la verdad es que siempre te han sucedido cosas muy buenas, solo que no te habías dado cuenta. Así que te animo a que reflexiones un poco más acerca de lo que te está sucediendo hoy en día para que sientas que necesitas más cosas buenas en tu vida, quizá no estás viendo bien el panorama.

 

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