Ataque de Ansiedad: Síntomas y Que hacer

¿Has tenido alguna vez un miedo irracional en medio de la noche a morir? ¿Te has sentido muy inseguro y con miedo cuando has tenido que dar una charla en el trabajo o exponer un proyecto? ¿Has sentido que todas las alarmas de alerta se activaban en tu cuerpo aunque no hubiera un peligro real cerca? En ese caso, te has enfrentado a un ataque de ansiedad o de pánico.

Los ataques de ansiedad son mucho más frecuentes de lo que creemos y pueden hacer mella en cualquiera de nosotros. Independientemente de que nos encontremos bien y seamos personas psicológicamente estables. En este artículo vamos a explicarte qué es un ataque de ansiedad. Cuáles son sus síntomas y qué hacer si has de enfrentarte a uno de ellos. Con estos consejos podrás hacer frente a este tipo de situaciones de pánico extremo.

Estos dos artículos seguro que también los encontrarás interesantes: Cómo controlar los ataques de ansiedad y Remedios caseros para la ansiedad

Sin embargo, recuerda que no somos médicos. Por tanto lo más conveniente si tienes ataques de ansiedad es que acudas a un experto. Él sabrá ayudarte y ofrecerte las herramientas necesarias para controlar estas situaciones de miedo irracional a las que a veces has de enfrentarte.

Qué es un ataque de ansiedad

Antes de explicarte qué es un ataque de ansiedad queremos que sepas que sentir ansiedad no es malo. De hecho es una respuesta de nuestro cuerpo para hacer frente de manera eficaz a una situación de peligro. De ahí que el pulso se acelere o que las pupilas se dilaten.

Sin embargo, cuando no somos capaces de controlar esta ansiedad, cuando es demasiado elevada y no parece haber un peligro real al que enfrentarnos, puede llegar a convertirse en un problema. Es en este momento en el que comenzaríamos a enfrentarnos a lo que se conoce como ataque de ansiedad o ataque de pánico. Cuando estos niveles de angustia son tan elevados que incluso nos pueden provocar terror sin motivo aparente, estaremos inmersos en una crisis de pánico.

A nivel médico estos ataques de ansiedad se definen como crisis de angustia que aparecen de manera espontánea y que pueden llegar a durar incluso una hora. En este periodo nos enfrentaremos a una serie de síntomas que provocarán que nuestro cuerpo se encuentre alerta.

Los ataques de ansiedad suelen darse en forma de episodios más o menos recurrente y en ocasiones están asociados a otro tipo de afecciones. Por ejemplo:

  • La depresión.
  • La hipocondría.
  • El estrés postraumático.

Este tipo de afección es más común entre las mujeres que los hombres. Aproximadamente el 8 % de consultas de atención primaria so de mujeres. Generalmente el 4 % de los casos se produce entre los 15 y los 55 años. Estos ataques suelen desaparecer hasta aproximadamente los 65 años cuando se genera un nuevo pico.

La mejor manera de hacer frente a un ataque de ansiedad es “conociendo al enemigo”. Nada resulta más útil para controlar esta angustia que saber qué es el pánico, reconocer los ´síntomas y aprender qué hacer frente a un ataque de ansiedad.

Cuáles son los síntomas de un ataque de ansiedad

Como decíamos unas líneas más arriba la mejor manera de luchar contra un ataque de ansiedad es conocer sus síntomas. Las primeras veces que sentimos estos síntomas no sabemos qué nos está pasando. Lo que agrava todavía más nuestra angustia. Sin embargo, so los conocemos, en el momento en el que comencemos a notarlos sabremos que pueden llevarnos a padecer una crisis. Una vez conocidos los síntomas el paciente tiene más capacidad para controlarlos y saber a qué atenerse. Dentro de los más frecuentes destacan sin duda los siguientes:

  • Mayor ritmo cardiaco. La angustia o la ansiedad suele estar acompañada de una mayor frecuencia cardiaca. Nuestro corazón parece que va a salirse del pecho y el ritmo se acelera vertiginosamente. Al aumentar la frecuencia cardiaca nuestro cuerpo se está preparando para poder huir de una situación peligrosa. Al tener una frecuencia mayor podremos correr más rápido. Piensa que el cuerpo está sintiendo que hay un peligro y por eso reacciona para protegernos ante él. Pueden incluso aparecer taquicardias. Para saber qué son las taquicardias no dudes en consultar el siguiente artículo.
  • Aumento de la sudoración. Una vez más nuestro cuerpo está funcionando aceleradamente para poder mantener la temperatura correcta. La sudoración o la transpiración sirven para regular la temperatura y mantenerla de forma constante a unos 36 º. En un ataque de ansiedad el componente psicológico es el causante de que nuestro cuerpo comience a transpirar.
  • Mareo y náuseas. También puede aparecer dolor de estómago acompañando a estos síntomas.
  • Temblores tanto de los miembros como de la voz
  • Miedo a morir
  • Miedo a hacer el ridículo
  • Sofocos y escalofríos
  • Dilatación de las pupilas. El cuerpo se está preparando ante una situación de peligro. De ahí que las pupilas se dilaten para tener mayor capacidad visual.
  • Opresión torácica. De repente sentimos que no somos capaces de respirar. Como si algo nos oprimiera el pecho y no nos dejara recuperar el aliento.
  • Tener miedo de volver a sentir estos síntomas. Puede parecer una tontería pero quien ha padecido una crisis de ansiedad sabe que no lo es. Los efectos son verdaderamente apabullantes y uno no se siente precisamente bien consigo mismo. De ahí que tenga miedo de enfrentarse a situaciones que puedan provocar un nuevo ataque de ansiedad. Detrás del miedo a hablar en público se encuentra precisamente este problema. Sin embargo huir de estos miedos y no enfrentarse a ellos solo los alimenta. Es decir, que cada vez nos costará más hacer frente a ciertas situaciones. Y es probable que llegue un día en el que dejemos de hacer muchas cosas que anteriormente nos gustaban por miedo a sentir un ataque de pánico.

Qué hacer frente a un ataque de ansiedad

Muchos expertos piensan que la mejor manera de hacer frente a un ataque de ansiedad es no actuar. Esto se basa en el hecho de que a veces este ataque dura lo mismo independientemente de que hagamos o no algo al respecto. Lo más importante es reconocer los síntomas y saber lo que está pasando en nuestro cuerpo.

Sin embargo otros expertos no comparten esta opinión. De hecho hay unos trucos muy sencillos que pueden servirnos para controlar los síntomas y evitar que el ataque de pánico dure todavía más tiempo. Estos ejercicios son ideales para enfrentarnos a estas situaciones y conseguir solventar nuestro miedo.

¿Sabías que los peores momentos de un ataque de ansiedad son los primeros 3 – 4 minutos? Cualquier persona que tenga miedo a hablar en público sabrá a lo que me refiero. Durante los primeros 3 minutos prestamos toda nuestra atención a las sensaciones negativas que estamos notando. Hasta el punto en el que en ocasiones las sentimos todavía con más potencia. Sin embargo, si se consigue pasar este límite de tiempo lo normal es que poco a poco la ansiedad se vaya controlando. De ahí que durante este tiempo (y claro está durante el resto del ataque) podamos aplicar técnicas de relajación para sentirnos mucho mejor. Veamos algunos de estos ejercicios.

  1. Controlar nuestra reparación. Como hemos explicado uno de los síntomas de una crisis de pánico es el aumento de la frecuencia cardiaca. Nuestro corazón parece que por momentos se va a salir del pecho. Podemos evitar que esto suceda realizando respiraciones que nos relajen. Algo tan sencillo como respirar hondo y soltar el aire lentamente nos ayudará a oxigenar el cerebro y a bajar las pulsaciones. Si tus pulsaciones están excesivamente aceleradas lo mejor es inspirar lo más hondo posible con tranquilidad. Una vez tengamos los pulmones llenos de aire deberemos de dejar que este permanezca ahí por lo menos durante 20 o 30 segundos. Todo depende de nuestra capacidad pulmonar. A continuación iremos soltando el aire lentamente. Si repetimos estas respiraciones unas 4 o 5 veces seguidas notaremos cómo nuestro ritmo cardiaco disminuye.
  2. Hacer ejercicios previos a las situaciones de estrés. Si sabemos qué es lo que nos provoca esta situación de ansiedad, uno de los ejercicios más recomendables es escenificar las situaciones que nos llevan a este punto. Es importante hacerlo en un lugar neutro donde nos sintamos protegidos y estemos relajados. Por ejemplo en el sofá de casa o incluso en la cama. Mantén los ojos cerrados y busca aquellas experiencias que te generan un ataque de ansiedad. Si son varias ve una a una. Cuando logres visualizar una de estas situaciones notarás que comienzas a sentir los síntomas de un ataque. No te agobies y mantén la calma. Intenta buscar el motivo que te lleva a sentir ansiedad y estúdialo con detenimiento. Muchas veces sentimos ansiedad por cosas que creemos que van a pasar. Verás que la mayor parte de las veces lo que nos genera esta angustia es fácil de controlar. Solo hay que localizarlo.
  3. No huyas. Sin duda lo peor que podemos hacer ante una crisis de pánico es huir. Esto solo aumentará nuestro miedo a estas situaciones y nos impedirá poder controlarlas. Intenta mantener la calma y todo pasará poco a poco.
  4. Acude a un experto. En cualquier caso siempre es recomendable acudir a un experto. Él sabrá ayudarte y evitar que tus ataques de pánico se apoderen de ti.
¿Te ha gustado?
1 usuario ha opinado y a un 100,00% le ha gustado.

Deja un comentario

Tu dirección de email no será publicada.