Cómo reconocer a las personas tóxicas
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Una persona tóxica es aquella que, por un motivo u otro, consiguen sacar lo peor de otra persona.
El ser humano posee una naturaleza social, más o menos potenciada según la personalidad de cada uno, pero necesaria para desarrollarse en varios de los aspectos que rigen nuestras actuaciones.
La persona que consigue que no avancemos en nuestros propósitos, que hace que nos sintamos mal o que no nos desarrollemos, es una persona tóxica.
Es importante saber reconocer a este tipo de gente ya que, al igual que el resto, van a influir en el trascurso de nuestras vidas. Pero más importante es saber sacar de la vida de los más pequeños a este tipo de gente ya que la personalidad se forma de los 0 a los 5 años. Así, el que un niño se exponga a este tipo de mensajes supondrá que crezca formándose con una tara en su personalidad. Quizás se vuelva retraído, indeciso o inseguro…
Lo mismo ocurre con las personas adultas. A lo largo de nuestra vida, vamos actuando de manera diferente según el círculo social del que formemos parte y todas las personas que lo conforman van a definir nuestras actuaciones, tanto las que que nos permiten interaccionar con los demás como las que tienen un mayor nivel de intimidad. Así, todo ente social va influir en nuestra toma de decisiones a todos los niveles.
Es por esta naturaleza social del ser humano que debemos saber reconocer a las personas tóxicas y alejarnos de ellas, o, al menos, saber cómo son y evitar sus influencias negativas.
¿Que necesitas para reconocer a las personas tóxicas?
- Observar detenidamente la actitud de las personas de tu alrededor.
Instrucciones para reconocer a las personas tóxicas
- El principal rasgo de las personas tóxicas es el querer e intentar ser el centro de atención. Ello puede conseguirse sin que, a primera vista, pueda perjudicar a los demás, pero lo cierto es que a menudo no ocurre así. En mayor o menos medida, el hecho de que una persona acapare toda la atención va a suponer un perjuicio para otra ya que esta última se puede ver desplazada.
- La manera de conseguirlo suele ser hablando en exceso de sí misma, sobretodo de aquello en lo que cree destacar y centrándose en los problemas que su ajetreada vida les supone.
- En general, estas personas buscan quedar por encima de los demás, sentirse superiores, sin importarles si para ello la dignidad del resto se ve menoscabada.
- Generalmente, estas personas son muy celosas y sienten envidia por los logros. Esto se traduce en que ni siquiera se alegren por los logros de las personas más cercanas. También, esto lleva a que, como ya hemos indicado antes, la persona tóxica intente “envenenar” con los discursos pesimistas, dando, por ejemplo la vuelta a la conversación para que esos logros no obtengan mayor importancia.
- Es fácil de reconocer también el intento de la persona por ser la autoridad, por pretender que todo se haga a su gusto o siguiendo sus instrucciones.
- Las personas tóxicas también creen tener razón en todo lo que hacen.
- Otro punto a tener en cuenta es la respuesta que las personas tienen sobre aquello que les ocurre. A todos los pasan cosas malas, si bien, el pensar que el mundo está en tu contra es otro de los síntomas que presentan las personas tóxicas. Al igual que el anterior -y que la inmensa mayoría- este punto está relacionado con el egocentrismo que las personas tóxicas padecen.
- Derivado de ello, las personas tóxicas suelen achacar sus males a los demás. Culpan a alguien de cosas con las que a veces ni guardan relación o bien intentan escudarse en que sus errores han sido motivados exclusivamente por la actitud de los demás.
- Del mismo modo, y de manera más o menos consciente, estas personas tóxicas también buscan que el resto de la sociedad se sienta atacada.
- Para ello, llenan los pocos discursos “de ayuda” que ofrecen con mensajes pesimistas que terminan por convertir a una persona sana social en alguien retraído que no se valora y que es incapaz de tomar decisiones adecuadas, mermando así su personalidad y sus capacidades. En general provocan emociones negativas.
- Como podemos ver, estos puntos se relacionan íntimamente. El egocentrismo hace que sintamos celos y envidia, de ahí que intentemos menospreciar a los demás y minimizar sus logros. Además, solemos achacar nuestro fracaso al triunfo del resto y procuramos llamar la atención de manera que nuestros mensajes tóxicos calen más hondo y produzcan un daño mayor en el resto de personas. Este es el funcionamiento de la persona tóxica.
- Por motivo de todo lo anterior, la persona tóxica no suele ser feliz.
Consejos para reconocer a las personas tóxicas
- Para reconocer a este tipo de personas, lo principal es saber detectar las características anteriormente citadas.
- Para ello es importante mirar más allá de lo que una persona nos puede mostrar superficialmente. A veces, las actitudes tóxicas no se perciben, y es ahí donde radica el problema.
- Una de las maneras más fáciles de reconocer a las personas tóxicas es comprobar cuál es su reacción ante un discurso de los demás. Si trata que la otra persona termine rápidamente de hablar, o corta varias veces el discurso contando sus problemas o quitándole valor a las palabras que escucha nos encontramos ante una persona tóxica.
- El consejo principal es alejarse de este tipo de personas.
- Para ello podemos limitar el tiempo que pasamos con estas personas, intentando siempre que sea el mínimo necesario.
- También podemos buscar actividades altruistas, constructivas y productivas que ocupen nuestro tiempo y nos influyan positivamente.
- Otra opción es intentar ayudar a este tipo de personas. Esta es una ardua tarea que no suele obtener frutos, si bien, es muy reconfortante si se tiene éxito, además de mantener una amistad más.
Súper interesante!! Ahora comprendo muchas cosas. Me pregunto si la persona toxica nace o se hace…