Cómo reparar ralladuras del coche

Los arañazos en los coches son algo muy común y pueden ser a causa de diferentes motivos, más de uno, seguro ha visto a alguna persona tratando de quitarlo untando su dedo de saliva y luego frotando. Te enseñamos Cómo reparar arañazos del coche.

Existen miles de causas de los arañazos en nuestros vehículos, entre las que se encuentran choques y accidentes, manejar inapropiadamente, parquear mal o simplemente rosar una llave o pasar al lado de una rama, cada uno de estos rayones le disminuyen el valor al vehículo, pero también es cierto que ir a un taller para el retoque de algo tan sencillo, pude resultar muy costoso.

Es importante saber que las latas de los coches se componen principalmente de 4 capas, que son las siguientes: la que es transparente, la que le da el color, la base y por último el acero. Los arañazos más pequeños y superficiales, que generalmente se dan debido a una mala secada después de lavar el automóvil, se pueden eliminar por medio de un pulido.

Si se tiene un arañazo leve, o sea los que han traspasado la capa transparente e incluso un poco la del color, la solución será acudir a una pulidora eléctrica. Este tipo de rayón se da por el roce con diversos objetos, como por ejemplo una llave.

El arañazo grave es cuando llega hasta la última capa, o sea al acero, o incluso cuando se visualiza otro color. Este tipo de reparación  es más difícil y deben hacerlo los especialistas en un taller; en las diferentes tiendas se pueden encontrar productos que los disimulan.

Los arañazos o rayones que son leves suelen aparecer muy rápido, frecuentemente a los días de haber comprado el vehículo; cuando el daño de nuestro coche es de esta categoría, es más factible encontrar soluciones que se puedan hacer  en casa sin necesidad de llevar el automóvil a un taller, eso sí, si por el contrario son bastante profundos, necesitará ser atendido por los expertos en el oficio y así te asegurarás de que todo quede perfecto.  En otras palabras, lo que podremos tratar desde casa son aquellos que han afectado la laca o el barniz, que generalmente son provocados por joyas como anillos o ramas de los árboles.