Cómo tratar a niños con autismo
Para la mayoría de las personas, ser padres es una bendición. Desde que reciben la noticia, que están esperando un hijo, se comienzan a imaginar cómo será. A quién se parecerá y, sobretodo, esperan que nazca sano.
Sin embargo, para cierto porcentaje de esos padres, la peor de sus pesadillas llega a hacerse realidad. En ocasiones, los niños nacen con deformidades, enfermedades o condiciones especiales.
En este último punto en particular, existe una, cada vez más amplia posibilidad, de ser el afectado. Los factores medioambientales, el factor genético y otros, conspiran para que se den las circunstancias y nazca un niño con síndrome de Down, asperger o autismo. Entonces comienza el reto.
Resulta casi imposible que no pasen por la mente razonamientos como estos: “¡No puede ser!” “¡Están equivocados!” “¡Buscaré una segunda opinión!” Y luego, preguntas como estas: “¿Por qué a mí?” “¿Qué hice mal?” “¿Ahora qué hago?”
Algunos padres de niños con autismo, nunca terminan de aceptar la condición de su hijo. Y por eso, no le brindan la ayuda necesaria para que pueda integrarse a la sociedad y tener una mejor calidad de vida. Otros, salen adelante y ven los obstáculos como oportunidades para crecer como personas.
Es cierto que por sí solos el problema se hace cuesta arriba. Por eso es indispensable que busquen la debida orientación. Es importante que tengan siempre presente que no están solos. Existen muchas herramientas a su alcance, solo necesitan alguien que los ayude a usarlas del mejor modo.
Si estás en esta situación, es probable que te preguntes ¿Cómo tratar a un niño con autismo? ¿Es posible que puedan llegar a tener una vida “normal”? ¿A quién debo acudir para estar mejor informado? En este artículo te estaremos brindando la debida orientación.
Instrucciones para tratar a niños con autismo
Lo primero que debes saber es qué es el autismo. Se trata de un trastorno que afecta las habilidades de la persona. En especial, aquellas que están relacionadas con el lenguaje y las habilidades sociales. El contacto visual, los gestos y las expresiones faciales se ven muy limitados y afecta la capacidad de interactuar socialmente con otros.
Algo que debes tener en cuenta es que cada persona con autismo es diferente. Tal como nosotros somos no somos iguales a los demás. Varían no solo en el aspecto físico sino también en lo emocional y en cuanto a su personalidad.
Tener presente este hecho te permitirá tratarlo de forma adecuada. Lo que contribuirá a una relación más positiva, una mejor comunicación y enriquecimiento para ambas partes.
Algo fundamental es aprender a comunicarte con ellos. Algunos pueden comunicarse sin ayuda, otros necesitan que los ayudes y otros tantos no articulan ni una palabra. En este caso, debes estar pendiente de su conducta. Ya que esta, muchas veces, revela lo que quiere.
Algunos niños, giran, otros palmotean, gritan e incluso llegan a lastimarse a sí mismos. Por eso es importante que estés al tanto si se presentan estas reacciones de forma constante y repetitiva. Tal vez el niño te esté tratando de decir algo importante.
Los niños autistas se rigen por una rutina diaria. Esto exigirá de ti la elaboración de un horario. En este horario debes incluir todas las actividades cotidianas que lleven a cabo. Tales como bañarse, lavarse los dientes, desayunar, ir al colegio (En caso de estar en edad escolar), entre otras cosas.
Regirse por un horario reducirá el estrés del día y les evitará a ambos sentimientos de frustración, ¿La razón?… El niño podrá anticiparse a todo lo que va a realizar. Pero, ¿Y si deseas hacer algo diferente un día? En ese caso debes informárselo con anticipación, sea de forma verbal o mediante dibujos, para que él pueda asumir que habrá un cambio y termine aceptándolo.
Sin embargo, si vas a tomar vacaciones, por ejemplo, procura llevar contigo objetos o juguetes que le sean familiares, para que el cambio no genere un gran impacto en él.
A los niños con autismo les cuesta comunicarse. En ocasiones es porque, sencillamente, no quieren hacerlo. Por eso evita hablarles demasiado. Si notas que cierto día no quiere hablar, no lo obligues. Hacerlo podría irritarlo y detonar en él conductas agresivas. Si vas tienes que comunicarle algo, hazlo de forma pausada para que pueda comprender bien el mensaje.
Para otros niños con autismo, resulta más fácil comunicarse a través del arte, como la pintura o la música. Puedes explorar, junto con él, sus gustos y preferencias. Así establecerás una buena relación con el niño y aprenderás a comunicarte con él de manera exitosa.
Si te molestaste con él por alguna razón, házselo saber pero siempre de forma calmada. Si eres agresivo podrías crearle ansiedad y ponerlo nervioso, lo cual cerraría por completo las vías de comunicación entre ambos y eso nunca es bueno.
Por otra parte, a ellos les cuesta entender el porqué de algunas cosas. Es cierto que ayudarles en este particular no es una tarea fácil pero con amor y mucha paciencia podrás inculcarle ciertas normas que poco a poco aprenderá a respetar.
Para este particular debes ser creativo. Si no te funciona una estrategia, prueba con otra. Cuando menos te des cuenta, habrás alcanzado tus objetivos en este campo tan abstracto para estos niños. Recuerda que esto es importante ya que tendrá que seguir ciertas normas al entrar en la etapa escolar.
También debes respetar su espacio. Claro, esto no quiere decir que tengamos que dejarlo solo. Eso nunca es recomendable. Lo que debemos evitar es, por ejemplo, brindarle expresiones de cariño que para él sean inesperadas. Un simple beso o un abrazo pueden alterarlo lo suficiente como para arruinar el día de ambos.
Es mejor permitir que sea él quien tome la iniciativa o hacerle un gesto que invite a un acto afectuoso. Si lo quiere, permitirá que te acerques y hasta te corresponderá.
Si realiza alguna tarea que le asignaste, si aprende a hacer algo nuevo o si simplemente obedece alguna orden, debes premiarlo. Como todo niño, necesita sentir que ha hecho las cosas bien y que, por tanto, tiene tu aprobación.
No todo debe ser exigirle, también debes acostumbrarte a darle. Reconoce lo bueno que haya hecho con algo que sepas que le guste, como algún postre, su comida preferida o una salida al parque. Esto lo incentivará a seguir esforzándose por hacer las cosas correctamente.
En este mismo orden de ideas, no seas demasiado exigente con él. Pídele lo que sea capaz de hacer. Claro, esto no significa limitarlo. Más bien, tiene que ver con reconocer sus limitaciones y darle valor a lo que sí puede hacer. Por ejemplo, ayudar a poner la mesa o tender su cama.
Ayudarlo a realizar estas tareas lo hará sentir útil. Además, esto fortalecerá su autoestima y estará más dispuesto a realizar otro tipo de actividades en la casa y fuera de ella.
Las personas con autismo, generalmente, tienden a tener muchas manías. Trata de aceptar a tu hijo tal y como es. No lo fuerces a ser otra persona. Es natural que quizás haga cosas que te causen vergüenza, sobre todo si están en público, pero recuerda que, en esos momentos, debes buscar la manera de calmar al niño sin alterarte. Eso no solucionaría nada.
Trata de disfrutar cada momento con él. Sigue siendo un ser humano. Por lo tanto necesita diversión, pasar tiempo de calidad con la familia y hacer cosas nuevas que estén dentro de sus posibilidades.
Otro factor importante, que debes tener en cuenta, es el juego. Gracias a él muchos niños aprenden a interactuar con otros. Además, es una gran oportunidad de inculcar en ellos valores como el compartir.
Jugar contribuye a que haya grandes avances en los niños con autismo. El 90% de su aprendizaje es visual. Por esta razón trata de incluir en los juegos, imágenes.
Otra estrategia de juego, que puedes emplear, es la repetición. Repítele palabras, frases, canciones. Sin darte cuenta irá progresando poco a poco. Un paso hacia adelante es muy significativo. No trates de acelerar su proceso. Así como una semilla necesita tiempo y recursos para germinar, tu hijo necesita paciencia y diferentes estrategias para avanzar.
No te des por vencido. Agota todos los recursos que estén a tu alcance y, cuando eso pase, busca nuevas alternativas. En tus manos está su oportunidad para mejorar su condición, ya que no tiene cura.
¿Que necesitas para tratar a niños con autismo?
Lo primero que necesitas es estar seguros del diagnóstico. Quien debe hacerlo es alguien especializado en la materia. Si aun así tienes dudas, no te quedes con una sola opinión. Busca todas las que desees hasta quedar satisfecho.
Después de estar seguros del diagnóstico, lo siguiente que debes hacer es estar bien informado. ¿Dónde puedes obtener información de provecho? Acudiendo a los profesionales de la materia. Así sabrás el tipo de trastorno que tiene tu hijo y la mejor manera de tratarlo.
Claro, quien mejor conoce a su hijo eres tú. Por ello, tómate el tiempo para observarlo. Cómo se comporta en su día a día, cómo reacciona a diferentes situaciones. Prueba diferentes maneras de tratarlo y quédate con la que te dé mejor resultado.
También necesitas armarte de paciencia, amor y sentido del humor. De lo contrario, no solo afectarás el progreso del niño, si no el bienestar tanto tuyo como de toda la familia.
No cuestiones vez tras vez porqué te ocurrió eso a ti. No lo veas como un castigo. No hiciste nada mal. Ahora tienes la oportunidad de demostrar cuán fuerte puedes ser y de ayudar a otras personas con tu misma situación.
Consejos para tratar a niños con autismo
Tener un hijo con autismo es todo un desafío. Pero, es bueno que sepas que no eres el único que atraviesa por esa situación. Relaciónate con padres que tengan hijos con la misma condición que el tuyo.
Hacerlo, te permitirá mantener la calma, sentirte apoyado y estar mejor informado sobre cómo se organizan, cómo actúan ante ciertos episodios, qué metodologías les funcionan y cuáles no. Así tendrás más opciones para copiar y descartar.
Además, en caso de ser necesario, podrán informarte sobre las terapias y las diferentes medicaciones que existen para mejorar la condición.
Ahora bien, ¿Cómo manejar la situación cuando tienes otros hijos? En caso de que el niño con autismo tenga hermanos, sean menores o mayores, es importante que les comuniques por qué su hermano se comporta de cierta manera.
También debes informarles sobre las normas por las que se regirán, tanto en la casa como al salir de ella. Es vital la cooperación de todos los miembros de la familia para que este proyecto de vida se realice exitosamente y conserven la unidad.
Obviamente este no será un camino de rosas sin espinas. De vez en cuando habrá berrinches o pataletas ¿Qué hacer en ese caso? Hay muchas maneras de controlar la situación.
Por ejemplo, puedes abrazarlo por unos segundos hasta que se calme. También si está arrojando objetos, ayúdalo a hacerlo y luego haz que los recoja. Si notas que no quiere realizar alguna tarea, aminórale la carga. Si llora por algo en particular, trata de desviar su atención realizando actividades frente a él en donde demuestres placer o interés. Así poco a poco irá cesando el llanto o la pataleta.
Con tu rostro puedes manifestarle que estás feliz o molesto, así de solo verte sabrá si está haciendo algo inapropiado.