Cómo hacer un diagnóstico temprano de tuberculosis
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Con la llegada del Covid-19 pudimos darnos cuenta de la importancia del aire que respiramos. En ocasiones, pudiéramos dar por sentado este hecho, pero, la verdad es que no podemos vivir sin él, y eso está más que comprobado.
Muchas personas han muerto debido a la falta de oxígeno y, en muchos países donde el sistema de salud es deficiente y precario, hasta la anarquía se adueñó de los lugares en donde vendían y recargaban bombonas de oxígeno, en vista de la escasez de las mismas, debido a la cantidad de personas infectadas por el virus.
Sin embargo, esta no es la primera ni la única enfermedad que afecta las vías respiratorias. Existen muchas otras que, si no son tratadas de la manera correcta, también pudieran conducir a la muerte.
Algunas de ellas son la neumonía, la bronquitis y la tuberculosis. Con relación a esta última, se consideraba que había sido erradicada, es decir, que ya no existían personas que la padecieran. No obstante, la realidad golpeó duro cuando apareció nuevamente en escena.
La tuberculosis es una enfermedad que ha acabado con la vida de cientos de personas alrededor del mundo. Esto, porque no se trata a tiempo, en vista de que, en un principio, se puede confundir con la gripe común o con otra enfermedad considerada como inofensiva.
Ahora bien, ¿qué es la tuberculosis? ¿Cuáles son sus síntomas? ¿Cómo se transmite? ¿Cuáles son sus complicaciones? Y, más importante aún, ¿qué tipo de tratamiento debe administrarse para salir de riesgo y recuperar la salud?
Si te interesa este tema y deseas conocer las respuestas a estas y otras interrogantes, por medio de este post sencillo, pero explicativo, te estaré informando sobre todo lo que necesitas saber en lo relacionado con la tuberculosis y la manera cómo actúa en nuestro organismo.
Instrucciones para hacer un diagnóstico temprano de tuberculosis
La tuberculosis es una enfermedad infecciosa que no debe ser tomada a la ligera y que afecta, principalmente, las vías respiratorias. Las bacterias que la contagian se transmiten de una persona a otra por medio de diminutas gotas, que viajan por el aire, al toser, estornudar y hasta al hablar.
Aunque es cierto que el cuerpo pudiera hospedar a la bacteria que produce la tuberculosis, por lo general, el sistema inmunitario se encarga de evitar que se desarrolle la enfermedad y que terminemos infectados. Por tal motivo, los médicos hacen una distinción entre:
- La tuberculosis latente: en este caso, la tuberculosis se encuentra presente en el organismo. Sin embargo, la bacteria se encuentra inactiva y, por lo tanto, no produce síntomas. También se le conoce con el nombre de tuberculosis inactiva o infección por tuberculosis y no es contagiosa. No obstante, también puede transformarse en una tuberculosis activa. De ahí la importancia de implementar un tratamiento cuanto antes.
- La tuberculosis activa: tal como su nombre lo indica, el virus de la tuberculosis se encuentra activo y, por lo tanto, te enferma y, en la mayoría de los casos, resulta contagiosa. Cabe destacar que puede llegar a desarrollarse y manifestarse semanas o años después de haberse infectado por la bacteria.
¿Que necesitas para hacer un diagnóstico temprano de tuberculosis?
Es necesario que conozcas algunos de los síntomas, de la tuberculosis activa, estos son:
- Tos prolongada, la cual puede durar tres semanas y hasta más tiempo.
- Tos con sangre o flema.
- Dolor en el pecho al toser o, simplemente, al respirar.
- Una pérdida de peso significativa e involuntaria.
- Fatiga.
- Fiebre.
- Pérdida del apetito.
- Sudoraciones nocturnas.
- Escalofríos, etc.
Cabe señalar que esta enfermedad también puede llegar a afectar a otros órganos o partes del cuerpo, como los riñones, la columna vertebral y hasta el cerebro. Esto sucede cuando la tuberculosis se desarrolla fuera de los pulmones. En tal caso, los síntomas van a varias dependiendo del órgano que afecten.
Por ejemplo, cuando la tuberculosis se aloja en la columna vertebral, produce fuertes dolores de espalda. En el caso de la tuberculosis en los riñones, esta trae como consecuencia la presencia de sangre en la orina.
Aunque es cierto que cualquier persona pudiera llegar a padecer de tuberculosis, existen ciertos factores de riesgo que aumentan, de manera significativa, esta posibilidad. Por ejemplo:
- Tener un sistema inmune débil. Cuando el sistema inmunitario se encuentra sano, tiene la capacidad de combatir, por sí mismo, la bacteria de la tuberculosis. Pero existen muchas cosas que pudieran debilitarlo, como el VIH, la diabetes, las enfermedades renales, los tratamientos oncológicos, un bajo peso corporal, ser muy joven o de edad avanzada, etc.
- Viajar o vivir en determinados lugares, como África, Asia, Europa del Este, América Latina, etc.
- El consumo de sustancias intravenosas o del alcohol.
- El consumo del tabaco.
- Vivir con alguien infectado de tuberculosis.
- Trabajar en áreas de atención médica, entre otros factores de riesgo.
Consejos para hacer un diagnóstico temprano de tuberculosis
Tal como ya te lo he mencionado anteriormente, solo la tuberculosis activa es contagiosa. En caso de que tus resultados hayan dado positivo, debes someterte a un tratamiento médico durante varias semanas. Esto, con la finalidad de sanar y dejar de contagiar. Mientras tanto, es fundamental que sigas las siguientes recomendaciones, para evitar contagiar a tus familiares y amigos:
- No salgas de tu casa. Esto quiere decir que no puedes ir al colegio o al trabajo.
- No duermas con otra persona, al menos durante las primeras semanas de tu tratamiento.
- Mantén la habitación ventilada, ya que los gérmenes de esta enfermedad, se pueden propagar, con mucha facilidad, en lugares cerrados, en donde no hay circulación del aire.
- Utiliza un pañuelo cada vez que te rías, tosas o estornudas. Una vez que esté sucio, deberás desecharlo en una bolsa, cerrarla muy bien y luego deshacerte de ella.
- Cuando te encuentres en presencia de otras personas, usa una mascarilla. Al menos, durante las primeras semanas de tratamiento, ya que es cuando existe mayor riesgo de transmisión.
- Come y bebe con platos, cubiertos y vasos personalizados y debidamente identificados.
Si tomas en cuenta estas recomendaciones, tendrás la seguridad de que, quienes viven bajo tu mismo techo, permanecerán sanos, mientras dura tu proceso de recuperación. Esta es la única manera de que no se propague la enfermedad y que los daños sean peores.