Relaciones sexuales: el sexo tántrico

El sexo tántrico es una práctica sexual que más que las posturas y el sexo con la penetración, tiene más que ver con algo más íntimo. Con intentar sentir a la otra persona, llegar juntos a un éxtasis, disfrutar del proceso, prolongar todo lo que se pueda el orgasmo y la eyaculación. Se alarga todo lo posible para disfrutar del momento lo más posible.

Cuando se practica este tipo de práctica sexual en el sexo tántrico se tienen las posturas sexuales y el contacto íntimo como el todo. Es decir, entre la pareja, deberá haber una confianza extrema o por lo menos, sino confianza, si se tendrá que tener poco pudor o complejos.

Como en cualquier práctica sexual, se estará sin ropa, eso es algo evidente. Por tanto, en esta no será diferente. Y más, teniendo en cuenta que en el sexo tántrico se intenta experimentar, conseguir el mayor placer posible mediante el contacto y la visualización con la otra persona.

Instrucciones para el sexo tántrico

  1. Lo que hace diferente el sexo tántrico de cualquier otra práctica es que en este caso, lo que se hace no es tener en cuenta simplemente la penetración y la eyaculación, sino que se pretende gozar sin penetrar, sin eyacular y se hace mediante el contacto de piel con piel, con la vista, la coordinación entre las dos personas que lo realicéis, la respiración, los masajes, el olor, etc.
  2. Seguramente ya a estas alturas, muchos y muchas estaréis pensando en cómo se tiene entonces que realizar y si cualquier puede hacerlo. Pues bien, esto es como con todo. Para practicarlo, se tendrá que empezar en algún momento… por tanto, no vamos a mentir. No es sencillo. Por la sencilla razón, que es más mental y juega un papel muy importante la mente. Si no estáis acostumbrados por ejemplo, a la meditación o la relajación, os costará mucho. Pero para ello, practicar o empezad a meditar o hacer algunas clases de yoga o relajación.
  3. Otra posibilidad, en pareja, en algunos momentos ponerlo en practica cuando queráis intimar y practicar el sexo tántrico. Poneros en situación con el ambiente, que también juega un papel muy importante. Planear un sitio donde no os vayan a molestar. Móviles, televisión y demás aparatos electrónicos, fuera y/o apagados. Colocad velas, luz tenue, alguna música relajante de fondo, inciensos…
  4. Otro dato que puede resultar curioso si no se ha practicado con anterioridad ni se tiene noción alguna, es saber cómo practicarlo de manera adecuada. Para poder llegar a desconectar del mundanal ruido (de verdad), intentar tener una conexión con la otra persona, poder conectarse con uno mismo y con el otro y disfrutar (que al fin y al cabo, es de lo que se trata).
  5. Dicho lo cual, con el sexo tantrico si tenemos en cuenta que nos basaremos en unas personas que empiezan y no tienen nociones y si las tienen, todavía con más razón para no hacerlo, lo normal y lógico en estos casos, es no practicarlo en la cama. ¿el porqué? Sencillamente porque hay que sentarse o tener ciertas posturas que en una cama, al no ser estable no resulta ni cómodo ni beneficioso para la espalda. Por tanto, colocaros en el suelo. Pensad en colocar planchetas, cojines, sábanas, toallas… lo que os resulte más cómodo e higiénico.
  6. Cuando lo tengáis todo preparado, en cuanto al ambiente, pensad en la luz (si preferís muy iluminado o más tenue) con velas o sin ellas, con la música o en pleno silencio, con aromas de velas e inciensos o sin nada… Una vez todo ya listo, aseguraros que disponéis de todo el tiempo posible. Porque si algo no va bien con el sexo trántrico, son las prisas. Si tenéis poco tiempo libre, olvidaros y dejarlo para otro momento.
  7. Ahora sí, os toca empezar a dar rienda suelta a vuestros deseos. No hay tabúes ni normas. Se trata de ir a vuestro ritmo, dejaros llevar y sobre todo, sentiros. Obviamente, se pretende gozar lo más posible. Sentirse mutuamente. No es tanto la idea de llegar a la culminación con el orgasmo y la eyaculación, sino se goza precisamente, de todo el proceso lo más posible. Besaros, besaros por todo el cuerpo, no importa si vais a toda prisa o muy lentamente, cada pareja lleva su propio ritmo y no siempre apetece tampoco hacerlo de la misma manera ni ritmo.
  8. Pasad de los besos a las caricias. Para ello, acariciaros con ropa, exploraros mutuamente (que también tendrá otro rollo y le dará un toque picante mientras exploráis el cuerpo de vuestra pareja por todos los rincones de su anatomía), desvestiros (si es vuestra pareja y viceversa la que lo hace, mejor) se trata de observaros, sentiros, explorar…
  9. Desnudos completamente, podéis empezar con los masajes que pueden a llegar a ser eternos y realmente excitantes. ¡Aquí entran en juego infinidad de posibilidades! Porque lo podéis practicar sólo con las manos, sin más. O empezar a introducir complementos y juguetes eróticos para complementarlo. ¿Posibles ideas? Aceites para masajes, aceites comestibles (los aceites de vainilla y el famoso aceite de canela le dan un plus de erotismo y son afrodisíacos), plumas, aceites de temperatura (pueden calentarse o ser fríos), ceras que se calientan y son específicos para los masajes, lubricantes, etc.
  10. Cuando estéis dando masajes a vuestra pareja no os olvidéis de algo que no os debe faltar en ningún momento: el contacto visual. Mirarlo fijamente, de manera pícara, excitados, con deseo… mientras masajeais pensad en cada rincón, como si no tuvierais prisas. Excitando a la pareja pero parando en momentos justos para que goce pero no termine con un orgasmo. Saber cuando parar e ir dándole más.
  11. Como es algo que como dijimos al empezar, es muy de cabeza, muy mental, de sensaciones… no os olvidéis de ella. De ahí, el contacto visual, mirando a los ojos, mirando el cuerpo, concentraros en lo que hacéis, en lo que sentís, en la respiración, en la respiración y el placer de tu pareja, etc.
  12. Como no todo el mundo consigue practicarlo de manera adecuada, aunque cualquiera diga lo contrario, es un proceso que lleva un tiempo para hacerlo perfecto y como debería ser y no cómo tal vez, la mayoría lo practican. Por ende, no os desesperéis si parece que no lo lográis esa compenetración (tampoco es tan sencillo) y más, si no habéis meditado jamás o sois muy nerviosos. Por supuesto, también es difícil aguantarse, saber parar, dar, recibir… seguir, pero siempre con la mente puesta en la meditación, la concentración y siendo sinceros, no siempre se consigue esa “paz” ni control.
  13. Recordemos que al fin y al cabo, el sexo tántrico y los masajes tántricos (tan famosos) al fin y al cabo, dan placer pero no precisamente, con la penetración. Aunque si se puede llegar al orgasmo, se intenta prolongar lo más posible y se pretende disfrutar del contacto del cuerpo a cuerpo, tacto, olor, vista…
  14. Cuando se realiza un masaje tántrico a la mujer, no se le denomina de la misma manera que cuando se le hace al hombre. En estos casos, al masaje que se le hace a la mujer se le llama “yoni” y al masaje que se le hace al hombre, se le llama “lingam”.
  15. Tampoco, si indagamos un poquito más, tienen mucho que ver… por ejemplo, si entramos en más detalles, podemos descubrir que los masajes lingam se centran más en las zonas erógenas masculinas. Por el contrario, los masajes yoni (el femenino) se centra tanto en las zonas que sí son erógenas como en otras partes de su cuerpo. Tiene una explicación, ojo. Y es que hay muchas más partes del cuerpo femenino y no sólo sus zonas erógenas, para sentir mucho placer.

¿Que necesitas para el sexo tántrico?

  • Estar en un ambiente tranquilo, sin ruidos externos.
  • Juguetes eróticos y/o complementos varios: látigos, mordazas, antifaces, cuerdas, correas, cadenas, etc.
  • Para los masajes, se pueden utilizar velas de masaje, lubricantes, aceites corporales, aceites exóticos, aceites afrodisíacos, etc.

Consejos para el sexo tántrico

En definitiva, el sexo tántrico no es tan sencillo a priori de ponerlo en práctica y llevarlo a la cumbre sin previo contacto con el mundo “yogui”. No es por así decirlo, una práctica sexual sin más. Al uso. Es más especial. Es contactar con uno mismo, con su pareja, conectar hacia dentro de uno mismo, con su conciencia, su mente, su cuerpo…

Para quien lo practica es modo de vivir, elige un mantra, una filosofía de vida en resumidas cuentas.

Hay que tener cierta condición para aguantar tanto tiempo como se prevé en estas técnicas. En la mayoría de los casos se pueden estar horas y horas… por tanto, es mejor prever el tiempo del que se dispone y no ponerse a ello si no se tiene el suficiente tiempo.

No menos importante (como la preparación del entorno y toda la parafernalia) lo es también la respiración de cada uno. Sin olvidaros del contacto en todas sus variantes, tanto visuales (ojo-ojo), como con el tacto. Tocar, acariciar, palpar… todo ello, en combinación y con pausa y tiempo, hace que sea diferente y se sienta todo el doble. Utilizad lo que creáis que os va hacer sentir más y os ponga a prueba: aceites, lubricantes, velas, etc. En el ambiente recordad que siempre mejor para conectar entre vosotros y concentraros, un ambiente muy tranquilo, muy bien iluminado o algo más sensual, romántico y sensual como la luz tenue o con la luz de las velas. Si os sentís más cómodos, una música con sonidos naturales, que sea muy relajante os ayudará.

 

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