Qué son anticuerpos y superanticuerpos
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Para enfermarse solo hace falta tener salud. La verdad es que las enfermedades están a la orden del día. Existen desde el inicio de la historia humana y, aunque muchas se han logrado combatir y erradicar, otras han resurgido con mucha más fuerza, sin tomar en cuenta las nuevas que hacen acto de presencia todos los años.
Algunas enfermedades, así como llegan, se van. No obstante, hay otras que, si no se tratan a tiempo, podrían causar graves consecuencias y hasta llevar a la muerte, como es el caso del cáncer. Otras enfermedades son altamente contagiosas y, por eso se propagan entre la población con mucha rapidez.
A fin de combatir estas enfermedades, se han ideado una gran cantidad de medicamentos y tratamientos médicos de todo tipo. Sin embargo, pese a todos los esfuerzos hechos, el hombre no ha logrado erradicar la enfermedad de la tierra y, difícilmente, pueda llegar a hacerlo algún día.
Pero, ¿te has preguntado alguna vez por qué unas personas se enferman mientras que otras no? ¿Por qué hay quienes parecen gozar de una mejor salud? ¿Qué factores influyen en ello? ¿A qué se debe? Algunos opinan que esto es gracias a los anticuerpos que ha desarrollado la persona.
Si no estás familiarizado con el vocabulario médico, puede que este concepto te parezca extraño y hasta ambiguo y muchos más al darte cuenta que también existen los superanticuerpos. ¿Te gustaría saber qué son los anticuerpos y los superanticuerpos? Si es así, ¡que no se te vaya el loro!
Durante este artículo, estaremos desarrollando ambos conceptos. De modo que, al terminar de leerlo tendrás el conocimiento suficiente como para dominarlos y emplearlos en tu vocabulario cotidiano. Asimismo, al estar más consciente de lo que son, podrás tomar las medidas necesarias para fortalecerlos y disfrutar de buena salud.
Instrucciones
En el caso de los anticuerpos, podemos decir que son proteínas que conforman el sistema inmune y que circulan por la sangre. Se encargan de neutralizar las sustancias extrañas en el organismo en el mismo momento en que las detecta, como los virus, las bacterias y las toxinas.
Cuando el cuerpo se ha expuesto a una sustancia extraña concreta o antígenos, los anticuerpos que se producen para atacarlo permanecen en la sangre y siguen ofreciendo protección, en caso de que vuelva a contactar con el mismo antígeno en el futuro.
Se trata de una herramienta de defensa para las células huésped, es decir, para aquellas que pueden llegar a ser afectadas por agentes patógenos, como virus o bacterias. Los responsables de producir los anticuerpos son los linfocitos células B.
Con relación a su estructura, consiste en dos cadenas ligeras y dos pesadas y en su extremo contienen una región hipervariable, la cual cambia de un anticuerpo a otro y hace posible que existan una gran cantidad de anticuerpos que puedan responder ante el ataque de los diferentes antígenos.
Sin embargo, en ocasiones, el cuerpo puede llegar a confundirse y considera a su propia estructura como una sustancia extraña. Este fenómeno da origen a las enfermedades autoinmunes. En este caso, el cuerpo creará anticuerpos contra sus propias partes.
Con relación a los superanticuerpos, también son conocidos con el nombre de anticuerpos neutralizantes y son los que ayudan contra el bloqueo de las células infecciosas del nuevo coronavirus.
Estos anticuerpos actúan contra la proteína espiga del coronavirus, que es la causante de que el patógeno se adhiera a las células humanas e ingresen en ellas. De hecho, podrían llegar a eliminar la infección.
Sin embargo, es digno de mención que estos neutralizantes solo se hallan en menos del 5% de los pacientes. En vista de su escasez, los investigadores están estudiando la posibilidad de clonar las células que los producen para generar las partículas en masa y reinyectarlas en pacientes enfermos.
Ahora bien, cabe destacar que existen varios tipos de anticuerpos y es necesario que los conozcas.
Que Necesitas
Cada uno de los anticuerpos existentes defiende al organismo en un antígeno en específico. Algunos de los anticuerpos son los siguientes:
Inmunoglobulina G
Esta es una de las 5 clases de anticuerpos humorales que existen. Son producidos por el mismo organismo y es la que más abunda en los fluidos internos del cuerpo, como en la sangre, en el líquido cefalorraquídeo y el que está presente en la cavidad abdominal.
Esta proteína es sintetizada por el cuerpo para responder ante el ataque de las bacterias, los hongos y los virus, y tiene un tiempo de vida aproximado de unos 25 días.
Inmunoglobulina A
Esta clase de anticuerpo es predominante en las secreciones de las mucosas presentes en el organismo, como la saliva, las lágrimas, la leche, etc., y posee forma dimérica. En el caso de la sangre, se encuentra como una molécula monomérica.
Esta proteína se encarga de que los agentes patógenos no ingresen en el plasma sanguíneo actuando como un muro protector. Une fuerzas con los antígenos patógenos y hace que no se alberguen en la mucosa.
Inmunoglobulina M
Se encuentra en la sangre de un 6% de la población. Por otra parte, se encuentra presente en los anfibios, reptiles y las aves y es considerado como uno de los anticuerpos más antiguos de la historia evolutiva.
Inmunoglobulina E
Este tipo de anticuerpo solo está presente en los animales mamíferos. Tiene participación en la alergia y en la respuesta inmune afectiva contra agentes infecciosos, pero en especial en los parásitos. Es por ello que sus niveles son muy elevados en pacientes alérgicos y en los que sufren de alguna parasitosis.
Inmunoglobulina D
Esta proteína no es segregada por los plasmocitos. Se encuentra presente en la mayoría de los linfocitos B que circulan e indica que las células B vírgenes están listas para entrar en contacto con algún agente patógeno, como virus o bacterias.
Puesto que ahora sabes cuántos tipos de anticuerpos existen, surge la pregunta: ¿cómo podemos aumentar nuestros anticuerpos? ¿Existe alguna manera de hacerlo?
Consejos
En realidad, existen muchas cosas que puedes hacer para incrementar la cantidad de anticuerpos de tu organismo y mantenerte siempre saludable. Una de ellas tiene que ver con llevar una alimentación rica en vitaminas y minerales.
Entre los alimentos más recomendados están los siguientes:
- Las naranjas: gracias a la cantidad de vitamina C que contiene no solo es capaz de aumentar la cantidad de anticuerpos producidos, sino que también hace que los virus no entren en el cuerpo.
- El ajo: estimula la producción de anticuerpos al mismo tiempo en que los hace más fuertes.
- El salmón: contribuye a la estimulación del sistema inmunológico y promueve la curación interna del cuerpo. Todo esto hace que ayude a evitar que el cuerpo pueda llegar a ser infectado.
- El brócoli: puesto que es un alimento rico en vitamina E, se encarga de producir anticuerpos capaces de destruir las células del cáncer. No solo eso, sino que también previene el desarrollo de una enfermedad cardiovascular.
- Las ostras: puesto que son ricas en zinc, incrementan la fuerza y la producción de glóbulos blancos, los cuales se encargan de luchar contra las infecciones, pero también de liberar anticuerpos en el sistema.
El zinc es de mucha importancia especialmente en el caso de las personas de la tercera edad, en vista de que la cantidad de anticuerpos de reducción de infecciones que son capaces de generar es muy baja.
- Las zanahorias: el beta caroteno que se encuentra presente en este alimento aumenta los anticuerpos que luchan contra las infecciones y el cáncer. Además, ataca a los radicales libres que aceleran el proceso de envejecimiento y reduce el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares.
- Los granos enteros: este tipo de alimentos posee selenio, un mineral que genera un incremento en la producción de anticuerpos que se encargan de luchar contra las células cancerígenas. Además, fortalece los ya existentes en el cuerpo.
Otros alimentos que también son ricos en selenio son el arroz integral, las yemas de huevo, la pechuga de pollo, el queso, etc.