Cómo hacer un lavado nasal
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Aunque en ocasiones no solemos darle mucha atención al asunto, lo normal es que respiremos por la nariz, que el aire recorra toda la estructura que se encuentra alrededor de las fosas nasales. Este es un indicativo de que se está sano.
Puesto que la nariz es la que se encarga de humedecer, filtrar y calentar el aire que entra a nuestro cuerpo, es normal que, al inspirar, entren partículas alérgicas que den rienda suelta a crisis asmáticas y otras afecciones respiratorias.
Cuando hay presencia de secreciones, es probable que sigamos enfermos por mucho más tiempo y que tardemos más en recuperar la salud, pues los pulmones también funcionarán de manera ineficiente.
Llegados a este punto, la solución está en realizar un buen lavado nasal. No obstante, la idea de relacionar el agua con la nariz no parece ser algo muy atractivo para la mayoría de las personas, pero la verdad es que se trata de un procedimiento necesario.
¿Alguna vez te has hecho un lavado nasal? ¿No tienes ni la más mínima idea de cómo hacerte uno? ¡Que no se te vaya el loro! Si quieres aprender a hacer lavados nasales, has llegado al lugar correcto.
A lo largo de este artículo estaremos compartiendo contigo diferentes técnicas para realizar un lavado nasal eficiente, sin importar si es para un adulto o para un niño. Asimismo, conocerás su importancia, sus beneficios y lo que necesitas, de modo que tengas la capacidad de hacerte uno hoy mismo, de ser necesario.
Esta práctica te ayudará a aminorar los efectos producidos por el polen y otras sustancias que son imperceptibles para los ojos, pero que la nariz logra captar muy bien y que ocasionan estornudos, profusión de secreciones, obstrucción en los bronquios y hasta asma. Veamos cómo hacerlo sin morir en el intento.
Instrucciones para hacer un lavado nasal
Existen varias formas de hacer un lavado nasal, algunas de ellas son las siguientes:
En posición boca arriba con la cabeza de lado
Esta es una de las maneras más comunes, pero no es la más eficiente. Estando en esta posición, con la ayuda de una jeringuilla, introduce el suero con fuerza en las fosas nasales. De esta manera lograrás limpiar la zona más anterior de la nariz. No obstante, el suero no es capaz de llegar a la zona posterior donde se produce mucha acumulación de moco.
Esta técnica es rápida y fácil de realizar. Especialmente útil en los casos en que el moco se torna denso y espeso, ya que el suero rebota contra la obstrucción que han hecho.
Sentado con la cabeza hacia adelante
El suero debe ser introducido de la misma manera que en el caso anterior. Luego de administrar el suero, aspira con fuerza para que el suero pueda hacer efecto. Por ese motivo, esta técnica no es recomendable en el caso de los niños pequeños.
Por otra parte, al igual que en el caso anterior, esta técnica de lavado no permite la limpieza de la zona posterior de la nariz ni tiene efectividad cuando el moco es muy denso.
Acostado con la cabeza boca arriba o sentado con la cabeza hacia atrás
Esta es la técnica de lavado nasal más eficaz. Estando en esta posición, administra el suero despacio y sin hacer presión. De esta manera el suero llegará a la parte más posterior de la nariz y se deslizará hasta la garganta, llevándose consigo parte del moco.
En el caso de las secreciones que están más adheridas, se hidratarán y serán más fáciles de expulsar.
Estas técnicas son de mucha utilidad en el caso de los niños de más edad. Pero, para los adultos, existen técnicas que son más eficaces. Por ejemplo:
- Calienta un poco la solución para que esté tibia.
- Colócate sentado con la cabeza ladeada.
- Introduce el líquido por la fosa nasal que está más hacia arriba mientras respiras por la boca, para que el líquido pueda pasar hacia la otra fosa nasal y no vaya a la garganta.
- El siguiente paso es sonarse la nariz del lado donde salió el suero. Esto lo haces tapándote la fosa nasal por donde lo introdujiste y expulsando el aire con fuerza, así expulsarás todas las secreciones.
- Finalmente, repite todo el procedimiento con la otra fosa nasal.
¿Que necesitas para hacer un lavado nasal?
Para hacer un lavado nasal casero, vas a necesitar los siguientes elementos:
- 100 ml de agua.
- 1 cucharadita pequeña de sal de mesa. En caso de que sea sal marina, debes diluirla en 250 ml de agua. Esta es la que suele ser más beneficiosa gracias a la gran cantidad de minerales que posee.
- Una jeringa para introducir lentamente el líquido en las fosas nasales.
En caso de querer hacer uno más convencional, ubica los siguientes elementos:
- Un spray nasal de solución fisiológica isotónica o hipertónica. Esto se encargan de mantener humectada la nariz para que sea más fácil expulsar las secreciones de forma natural.
- Ampollas de solución fisiológica, ideales para los niños ya que suelen administrar gota a gota, pero no son las más efectivas.
- Las jarras Neti. Son una especie de tetera que se usan para administrar la solución y que esta vaya de una fosa nasal a otra. Esta es la herramienta más útil para los adultos que quieran hacerse un lavado nasal.
Pero, ¿Qué tanta solución se debe usar? En el caso de los niños, bastará con 1 o 10 ml de solución en cada fosa nasal, dependiendo de su edad y, para los adultos, utiliza de 50 a 150 ml en cada fosa.
Consejos para hacer un lavado nasal
Tras analizar esta información surge la pregunta: ¿cada cuánto tiempo es conveniente realizarse un lavado nasal? Eso va a depender de cuán grave sea la obstrucción y la cantidad de secreción presente.
Por lo general, puede hacerse cada vez que haya moco en las fosas nasales, siempre y cuando no se exagere de dicho proceso, ya que hacer muchos lavados puede traer como consecuencia la irritación de la mucosa de la nariz y hasta terminar dañándola.
En el caso de los niños, lo más recomendable es hacerlo antes de comer o irse a dormir, ya que son los momentos en donde las secreciones suelen ser más molestas. También puedes hacerlo cuando regresen del colegio, pues traen consigo partículas indeseables que pudieran acabar enfermándolo.
Algunos profesionales afirman que es posible hacerse un máximo de 5 lavados nasales. Lo cierto es que debe ser una práctica diaria, tan habitual como cepillarse los dientes la lavarse la cara, ya que a través de estas secreciones entran toxinas y desechos al organismo, los cuales dificultan el trabajo del sentido del olfato y el proceso de respiración.
También es recomendable que lo hagas antes de administrar medicamentos a través de spray nasales, puesto que esto se encarga de preparar las fosas nasales para recibirlo y así evitar que la presencia de moco pueda perturbar el efecto que se espera.
Sus beneficios
Entre los beneficios de esta práctica, encontramos los siguientes:
- Mantiene húmedas las fosas nasales, lo que hace posible que tenga una mejor respuesta ante el ataque de diferentes agentes infecciosos causantes de infecciones en las vías respiratorias.
- Reduce los síntomas ocasionados por alergias respiratorias, lo que hace que se tenga una mejor calidad de vida.
- Disminuye los síntomas ocasionados por el asma.
- Previene contra el síndrome de apnea del sueño, ya que disminuye las obstrucciones.
- Reduce los efectos producidos por la sinusitis.
- Actúa en la prevención de los resfriados.
- Ayuda a respirar mejor por la nariz, etc.
Por esto y por mucho más es recomendable que te hagas lavados nasales con frecuencia. Ahora ya sabes cómo hacerlos. No obstante, debes abstenerte de ellos si sufres de hemorragias nasales o si te han hecho una rinoscopia recientemente.
No olvides inculcar este hábito en tus hijos, ya que contribuirá en gran manera a que goce de una buena salud ahora y en el futuro.