Cómo correr descalzo

Correr descalzo…dicho así y en el siglo XXI suena un poco extraño, existen infinidad de calzados apropiados para salir a correr ni necesidad de complicarse. Este sería el pensamiento de cualquier persona.

Es una nueva tendencia, conocida con el nombre de” running”. Surge el Estados Unidos y poco a poco se ha ido introduciendo en otros países. Con esta nueva modalidad lo que queremos conseguir, es volver a lo básico, es decir, andar, correr como lo hacían nuestros antepasados. Como podemos ver, no se ha descubierto nada nuevo, el hombre en el principio de los tiempos ya lo hacía.

Cómo correr descalzo

Esta nueva tendencia de” volver a lo básico”, ha conseguido que en la última década se realicen estudios para conocer las ventajas y desventajas que tiene el correr descalzo. Dentro de las ventajas nos podemos encontrar, entre otras muchas, de las que hablaremos en este artículo más adelante, con que nuestro cuerpo aprende a amortiguarse, es decir, el mismo es capaz de hacer lo que haría el calzado, sin embargo, esto no ocurre cuando utilizamos calzado para correr, ya que es este el hace de barrera entre nuestro cuerpo y el suelo evitando el impacto que surge al caer nuestros pies contra el suelo. Es muy importante saber que cuando corremos descalzos el primer punto de apoyo es la parte media del pie, cosa que no ocurre cuando corremos calzados, en este caso lo primero que apoyamos es el talón.

La primera pregunta que toda persona se hace cuando se plantea correr descalzo es: ¿qué debo de hacer para no hacerme daño?, pues bien, es sencillo, cada parte de nuestro cuerpo está diseñada y puede adaptarse al trabajo que le mandamos. Claro está, que debemos realizar esta práctica de forma gradual, es un cambio, como todos sabemos, “cualquier cambio” requiere un período de adaptación, esto es algo que aprendemos a lo largo de la vida y es aplicable en todos los campos. En el tema que tratamos, no se puede decir: “hoy salgo a correr descalzo”, hay que ir adaptando nuestros pies poco a poco a este tipo de deporte y al suelo.

Este periodo puede durar meses, comenzaremos corriendo con el calzado con el que habitualmente salimos a hacer deporte y con el transcurso del tiempo iremos disminuyendo el grosor de la suela de nuestro calzado hasta llegar a usar un calzado minimalista, como en el principio de los tiempos, o bien, comenzaremos a andar descalzos. Si optamos por la segunda opción, comenzaremos andando de forma lenta, gradual y con distancias muy cortas. ¿Por qué comenzaremos de esta forma?, es muy sencillo y de lógica, la razón principal, es que si lo hacemos de forma rápida, no seriamos capaces de memorizar bien los movimientos que realizan nuestros pies, consiguiendo provocar lesiones en nuestro cuerpo que en algunos casos pueden ser muy graves. Para realizar la práctica de esta tendencia hay que comenzar teniendo mucha paciencia y usar el sentido común, ya que el objetivo final es llegar a correr descalzo sin que cuerpo se resienta.
Cómo correr descalzo

El período de adaptación varía de unas personas a otras, es decir, no todos tenemos las mismas capacidades para adaptarnos a una nueva situación que se nos presente que otras. En este caso, la práctica de este nuevo deporte depende; de la fuerza de voluntad de cada persona, de la sensibilidad que tenga cada uno en los pies que al fin y al cabo van a ser los principales sufridores y de los objetivos que se marque. Una vez que hemos conseguido poder memorizar los movimientos que deben de realizar nuestros pies para que el cuerpo no se resienta y poder pisar descalzos en el suelo, no debemos comenzar a practicar este deporte corriendo o andando grandes distancias, como ya hemos dicho anteriormente nuestro cuerpo se resentiría demasiado, pudiendo aparecer quemaduras, cortes, ampollas, fracturas de estrés, micro fracturas, sobrecargas musculares etc.

La práctica del running se hará de forma lenta y gradual, es decir, siguiendo un plan correcto de entrenamiento como se hace en cualquier tipo de deportes; como por ejemplo, la gimnasia rítmica, karate, etc., si nuestros pies resisten, iremos aumentando el recorrido y la velocidad, siempre de forma gradual y siguiendo un plan de entrenamiento adecuado a nuestras capacidades físicas. Este periodo de adaptación puede durar entre dos y cuatro meses, como ya hemos dicho anteriormente, esto depende de la sensibilidad que cada persona tenga en sus pies y de los objetivos que se marque.
Cómo correr descalzo

Es fundamental aprender bien esta técnica si queremos practicar este deporte, la razón principal razón, es que no existan lesiones. Cualquier molestia que tengamos en nuestros pies puede ser por mala práctica de la técnica o bien, porque hemos realizado un exceso de entrenamiento. Lo mejor este segundo caso es, abandonar el entrenamiento y descansar bien, es decir, dar un paso atrás en el entrenamiento. Muchos deportistas que han corrido con calzado minimalista y han pasado directamente a correr descalzos se han lesionado, nunca han llegado a perfeccionar la técnica. Sin embargo los corredores que han aprendido descalzos, han conseguido perfeccionar la técnica y sin ningún tipo de lesiones.

¿Dónde debo comenzar a practicar? Es preferible comenzar en suelos duros e irregulares, como por ejemplo; un carril de bicis, asfalto… siempre y cuando se encuentren en buen estado. Es decir, que no existan piedras ni otro tipo de objetos que puedan provocar una lesión. La arena de la playa o el césped no son nada recomendables.

Las razones principales por las que debemos de escoger este tipo de suelos son las siguientes:

  1. Ejercitar los músculos y habituar la piel de la planta del pie.
  2. Reeducar a nuestro cerebro frente a las distintas sensaciones que percibimos desde nuestros pies, pinchazos, quemadura, etc.

Anteriormente decíamos que correr descalzo tenía una serie de ventajas que ahora describiremos brevemente:

  1. Mejora la pisada; es decir, cuando pisamos descalzos lo hacemos utilizando la parte delantera del pie, es decir el arco y los dedos que hacen que el peso del cuerpo se reparta, especialmente el dedo pulgar. De esta forma evitaremos lesiones en músculos y rodillas. Sin embargo, cuando pisamos calzados, utilizamos los talones.
  2. Aumenta la información que envían los músculos de los pies a nuestro cerebro, sobre la posición en la que se encuentran, esto hace que evitemos una mala pisada y así, se reducen las lesiones en los tobillos, principalmente el esguince de tobillo.
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  3. Los ligamentos y la musculatura de los pies poco ejercitados por utilizar calzado se mejora notablemente.
  4. Mejoría en la postura de nuestro cuerpo; la hace más erguida y estética. Al correr con calzado la tendencia del cuerpo es echarse hacia atrás.
  5. Disminuye la frecuencia cardíaca; menor consumo de oxigeno, se consumen menos energía que en el running tradicional.
  6. La distancia que recorremos es mayor que cuando corremos calzados aunque los pasos sean más cortos, la velocidad es mayor.
  7. Disminuye el estrés;

Como todas las cosas esta nueva práctica también tiene sus inconvenientes, aunque nos son de vital importancia o producen graves lesiones. Normalmente estas suelen producirse al principio de los entrenamientos como en todos los deportes en sus inicios. En este caso estaríamos hablando de quemaduras, cortes o ampollas en los pies.

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