Cómo curar la ansiedad
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Mucho habrás escuchado sobre la ansiedad, pero seguramente todavía tendrás algunas dudas. Y es que la ansiedad es una de las emociones más comunes a nivel mundial. En todas las épocas y a lo largo de la historia se ha asociado a la preocupación, la impaciencia y el nerviosismo, frente a hechos futuros o situaciones que produzcan incertidumbre.
Evidentemente, se trata de una anticipación negativa o positiva de algún evento. Pero generalmente se produce más intensamente cuando el temor induce a un estado de alerta en los sentidos; por cauda de sentirse amenazado por algún peligro. Vale, que no te estamos hablando de encontrarte con un tigre de frente en media calle; pero seguro que comprendes que a veces un jefe, una suegra, un profesor o incluso una multa de tránsito puede ser más temible que cualquier tigre.
Este artículo donde te contamos cómo superar la ansiedad seguro que también te resultará interesante.
¿Presentimiento o patología?
A las abuelas les encanta hablar de sus presentimientos, y a veces no les prestas atención. Bueno, resulta que lo que la gente llama “presentimiento” es realmente ansiedad por temor a que suceda algo malo. Entonces, muchas veces le has achacado los presentimientos al cosmos, pero realmente son producto de tu imaginación y tus inseguridades más ocultas. Sin embargo, cierto grado de ansiedad en la vida diaria es necesaria y totalmente sana, ya que cuando se canaliza de manera positiva la energía puede utilizarse para potenciar tus habilidades.
Existe un tipo de ansiedad que es normal, la cual cumplirá una función adaptativa; preparándote para la ejecución de tareas de alta exigencia y optimizando tu estado de alerta frente a cualquier amenaza. A pesar de ello, la ansiedad también puede llegar a ser patológica, casi siempre cuando realmente no existe un estímulo como tal que la produzca; o en el caso de que exista, pero se intensifique demasiado, excediendo los límites de tu salud corporal y bienestar mental
Al convertirse en un estado patológico, inmediatamente pierde la función adaptativa; entonces se transforma en un estado de conducta disgregado. Por lo tanto, dentro de los límites normales, la ansiedad no tiene efectos negativos en tu calidad de vida ni en tus relaciones interpersonales; por el contrario, cuanto ya es patológica, conduce a una pérdida de la libertad personal, induce a trastornos de conducta como falta de atención, irritabilidad y hasta depresión.
¿Cómo saber que ya se está pasando del límite tu ansiedad?; fácil, cuando notas que ya está haciendo estragos en tu cuerpo: dolor de espalda, migraña, dolor de estómago, malestar general, tensión alta, palpitaciones o problemas para respirar. Ya en este punto, la ansiedad provoca un déficit en tus funciones cotidianas como concentrarte, te produce pérdida de memoria a corto plazo, trastornos alimenticios y hasta trastornos del sueño.
Estrés y ansiedad
El estrés simplemente es sinónimo de carga excesiva en la vida diaria. En respuesta a esta carga, nuestro organismo previene las amenazas fisiológicas con estados de alertas en distintas áreas de nuestro cuerpo. El estrés en sí no es malo, como es el caso de la ansiedad, cumple una función adaptativa y de sobrevivencia en el ser humano.
Sin embargo, cuando la tensión excede el límite de lo normal se considere un factor de riesgo para la salud de las personas. Por ello habrás escuchado aquello del “estrés laboral” e incluso el “estrés infantil”, para los cuales incluso existen leyes que apoyan su prevención, diagnóstico y tratamientos.
El estés y la ansiedad generalmente están relacionados; aunque no necesariamente tienen que producirse al mismo tiempo, ni bajo mismas circunstancias. Por ejemplo, para que se genere el estrés es necesario que exista un agente “estresor” o que produzca dicho estrés; mientras que en la ansiedad puede que no exista ningún agente que la produzca (sobre todo patológicamente hablando).
La demanda de tensión que exige una situación estresante pudiese producir ansiedad; como respuesta fisiológica a una posible amenaza, es decir algo de tipo negativo. Por ejemplo, si tienen que hacerte una cirugía y no cuentas con los recursos económicos suficientes para hacértela; te sentirás estresado porque necesitarás conseguir el dinero para ello; sin embargo, también sentirás ansiedad por causa del temor a que empeore tu estado de salud; si se diera el caso de no conseguir reunir el dinero a tiempo. Esta situación representa una amenaza para tu vida y por lo tanto genera ansiedad.
Por otro lado, si estás compitiendo en un maratón, sentirás tensión por estar en competencia; lo que generará un estado de estrés por demanda y no por amenaza. En este caso, no necesariamente debes sentir ansiedad, pues no sentirás que está siendo amenazada tu vida; por el contrario, sentirás emociones positivas como la alegría; si estás por ganar la competencia, o enojo si estás entre los últimos corredores. Pero no necesariamente tienes que sentir ansiedad bajo una situación estresante.
Instrucciones para curar la ansiedad
Evidentemente, lo más recomendable es consultar a un especialista, bien sea psicólogo o psiquiatra para que puedas dar respuesta certera a esta interrogante. Sin embargo, muchas personas ni se dan cuenta que pudiesen tener una condición de este tipo, pensando que simplemente es estrés lo que les produce un patrón irregular de conducta.
Si eres de los que no te gusta hablar mucho con los demás sobre tus condiciones personales, o simplemente no tienes mucho tiempo para eso, este post es especialmente redactado para ti. Porque sabemos que más de uno prefiere consultar sus dudas primeramente comparando su caso con los que consiguen en Internet antes de visitar cualquier especialista; bien sea por miedo, desconocimiento o simple curiosidad.
Sin embargo, si has notado que algo no va bien contigo y quieres salir de dudas, presta mucha atención y considera los siguientes aspectos:
- Uno de cada diez personas que asisten a consulta de un especialista tienen o padecen de un trastorno de ansiedad, lo cual desconocían por completo.
- Algunos especialistas tienen la hipótesis que uno de cada cinco personas con trastornos de ansiedad prefieren no ir a consultar a un especialista luego de diagnosticados.
- Las características somáticas o fisiológicas más comunes que padecen las personas con trastornos de ansiedad son: dolor de espalda, dolor en las rodillas (y demás articulaciones), cefaleas y migrañas, trastornos gastrointestinales, presión en el pecho, sensación de ahogo, taquicardia y dificultad para respirar con fluidez.
- Los síndromes que están más relacionados con los trastornos de ansiedad son: colon irritable, dispepsias, asma, fatiga crónica, anorexia, bulimia, infertilidad y fibromialgias.
- Otros síntomas que puede padecer una persona con trastornos de ansiedad son: molestia para tragar los alimentos, nauseas, diarrea, estreñimiento, dolores abdominales, trastornos del sueño, pesadillas, tensión muscular (tortícolis), mareos, sudoraciones, nerviosismo, irritabilidad y sobresalto.
- Las molestias más comunes durante un episodio de crisis de ansiedad son: dolor de cabeza, especialmente que se pronuncia alrededor de los ojos; tensión y dolor muscular de forma difusa que producen calambres y tortícolis; falta de aire para respirar, nauseas, mareos, debilidad, dificultad para conciliar el sueño y sudoraciones.
¿Que necesitas para curar la ansiedad?
- Consultar a un especialista para ser diagnosticado.
- Reconocer tus temores.
- Ser sincero.
- Gestionar tus emociones.
- Cumplir el plan del terapeuta.
- Utilizar tratamiento farmacológico, si tu caso lo amerita.
- Emplear técnicas de relajación.
- Evitar el estrés.
Consejos para curar la ansiedad
- Primero que todo, es importante consultar al especialista, pues a partir del análisis de los detalles de tu historia clínica (no solo historia en psicología sino en todo), el médico podrá adecuar el tratamiento a tu caso de mejor manera.
- Siempre es bueno buscar ayuda terapéutica para poder gestionar positivamente tus emociones. En otras palabras, si se te hace difícil poder identificar tus propias emociones; por ejemplo, en ocasiones no sabes si estás muy enojado o simplemente triste, lo más probable es que no puedes controlar adecuadamente tus emociones y tus reacciones puedan ser agresivas o depresivas. Por lo tanto, es importante aprender a gestionar tus emociones y para ello existen muchos terapeutas que pueden ayudarte.
- Debes ser sincero con tu terapeuta y tenerle confianza. Engañándolo u ocultándole tus temores por vergüenza no ganarás nada, el profesional debe conocer los detalles reales que te causan molestia a ti para poder ayudarte eficazmente.
- Es importante que le pidas al terapeuta que te explique qué es lo que te está sucediendo. Evidentemente, es su deber explicártelo, pero si no comprendes su explicación no tengas vergüenza de volverle a preguntar hasta que te quede claro el asunto; pues el autoconocimiento es vital para poder curar la ansiedad.
- Si te medican, es importante que conozcas el por qué lo han hecho y los posibles efectos secundarios de esos medicamentos, por prevención y para tu
- Por tu parte, puedes practicar técnicas de relajación en tu casa; como la respiración, para que puedas controlarte mejor en una crisis de ansiedad. Respira lentamente por la nariz contando hasta cinco en tu mente. Tu inspiración debe inflar lo suficiente tu abdomen para asegurar que sea profunda. Luego, expira el aire poco a poco por la boca, contando hasta cinco nuevamente. Esta técnica puedes hacerla sentado o acostado para que tenga mayores resultados, y todo depende de tu estado fisiológico.
- Si estás padeciendo algún síntoma de los antes descrito con regularidad, no te niegues a la posibilidad de evaluarte con un psicólogo para descartar trastornos de ansiedad. Todo médico puede prestarte una psicoterapia de apoyo en relación a tus dolencias y enfermedades; sin embargo, tu actitud frente a situaciones difíciles de salud es crucial para salir adelante.
- Recuerda que todo tratamiento farmacológico es simplemente un apoyo como parte del plan terapéutico completo. Luego de haberte diagnosticado un trastorno de ansiedad un especialista, es que se podrá considerar y recomendar el uso de ansiolíticos, neurolépticos y antidepresivos. Nunca te automediques, lo primordial es la gestión de tus emociones, el diagnóstico médico y cumplir con todo el plan terapéutico para luego llegar a la medicación.