Cómo tratar un trastorno del sueño en niños
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El ser humano tiene muchas necesidades. Muchas de ellas pueden dejarse en un segundo plano o tratar de cubrirse sin tanta urgencia. No obstante, también existen las llamadas necesidades básicas, que son las más importantes y que, si no las satisfacemos correctamente, pudiéramos llegar a enfermarnos y hasta a morir.
Algunas de estas necesidades son comer, tomar agua, eliminar los desechos, dormir, etc. En la satisfacción de los mismos encontraremos una agradable sensación de bienestar y una vida más saludable y plena.
Sin embargo, en ocasiones, existen situaciones que se nos escapan de las manos, que pueden impedir que logremos satisfacer estas necesidades. Por ejemplo, la falta de empleo, problemas personales, problemas de salud, etc.
Uno de los problemas más comunes está relacionado con la falta de sueño. Cuando tenemos problemas para dormir nos cuesta coordinar y realizar las tareas del día. Esto sucede debido a que, durante las horas de la noche, mientras dormimos, se llevan a cabo una gran cantidad de procesos regenerativos, los cuales no se pueden efectuar mientras estamos despiertos.
Todo ello está relacionado con algo que se conoce como trastornos del sueño. Por eso, al día siguiente solemos tener mal humor, nos cuesta concentrarnos, retener ideas, entre otras cosas. Por lo general, pudiéramos llegar a pensar que estas cosas solo nos afectan a los adultos. Pero, la verdad es que esto es cada vez más común en el caso de los niños.
Los padres que tienen que vivir tales circunstancias, suelen sentirse desorientados, pues a los niños no se les puede tratar o medicar igual que a un adulto. En tal caso, ¿cómo tratar un trastorno del sueño en niños? ¿Qué hacer? ¿A quién puedes acudir? ¿Qué recomendaciones debes tener en cuenta? ¿Estos trastornos se pueden prevenir? Te ayudaré a responder estas y otras preguntas.
Instrucciones para tratar un trastorno del sueño en niños
Los trastornos del sueño tienen la particularidad de causar problemas relacionados con la acción de dormir. A su vez, incluyen la dificultad para poder conciliar el sueño o permanecer dormido, así como quedarse dormido en momentos inapropiados, tener mucho sueño todo el tiempo y adoptar conductas poco usuales mientras se duerme.
Estos trastornos afectan de manera significativa la vida del niño. También, la relación con sus padres y con los demás miembros de la familia. Asimismo, puede afectar sus relaciones sociales y su desenvolvimiento escolar.
En el caso de los padres, la prioridad debe ser reconocer que existe un problema que está afectando a su hijo para poder ayudarlo a resolver lo antes posible. En caso de que tengas dudas al respecto, lo más recomendable es que consultes al pediatra.
Algunos de los tipos de trastornos del sueño, en niños y adolescentes, son los siguientes:
- El insomnio: este es uno de los problemas más frecuentes en los niños y se caracteriza por la dificultad de iniciar y mantener el ciclo del sueño. También tiene que ver con la sensación de no haber podido dormir bien y que esta situación se extienda por, al menos, un mes seguido.
- El síndrome de las piernas inquietas: se trata de la necesidad apremiante de movilizar las piernas en situaciones de reposo, lo que pudiera provocarle, no solo insomnio, sino también cansancio durante el día.
- El sonambulismo: este trastorno es muy frecuente en niños que se encuentran en edad escolar. Por lo general, se resuelve con el paso del tiempo y sin necesidad de tomar ningún tratamiento. En este caso, el niño no responde a los estímulos externos ni recuerda nada de lo que dice o hace mientras está dormido.
- Terrores nocturnos: son un tipo de pesadilla, pero más espectaculares. De ahí que el niño se incorpore en la cama, de forma abrupta, ya sea gritando o llorando y bastante alterado. Igual que en el caso del sonambulismo, el niño no suele responder a los estímulos ni recordar absolutamente nada.
- Las pesadillas: no son otra cosa que estados del sueño que son prolongados, elaborados, complejos y con un incremento significativo de la sensación de miedo o ansiedad. En este caso, el niño se despierta muy asustado y alerta.
- Los movimientos rítmicos relacionados con el sueño. Este tipo de movimientos son repetitivos y tienen lugar en diferentes partes del cuerpo, como la cabeza, el tronco, las extremidades e, incluso, todo el cuerpo y suceden cuando el niño comienza a quedarse dormido.
- La narcolepsia: este trastorno es poco usual en el caso de los niños. Se caracteriza por la somnolencia durante el día, la pérdida de tono muscular, la sensación de inmovilidad, etc.
¿Que necesitas para tratar un trastorno del sueño en niños?
Es importante que tengas en cuenta algunas cosas. Por ejemplo, en el caso de las pesadillas, estas no suelen ser una causa de alarma, a menos que sean muy recurrentes. En tal caso, los padres pueden intentar llevar un diario de notas para poder determinar cuál es la causa de las pesadillas.
Con relación a los terrores nocturnos y el sonambulismo, aunque pueden presentarse episodios ocasionales durante años, por lo general, desaparece por sí solos, sin necesidad de tomar algún tratamiento.
Sin embargo, si este trastorno persiste durante la adolescencia o se prolonga hasta la adultez, tal vez sea conveniente un tratamiento, como un sedante o ciertos antidepresivos. Algunos estudios han revelado que ciertas alteraciones del sueño que están relacionadas con movimientos de las piernas, pueden tratarse con suplementos de hierro. Incluso, si el niño no padece anemia.
En el caso específico del insomnio, puede que el niño requiera de algún sedante suave hasta lograr normalizar el sueño. Luego de ello, quizás ya no sea necesario.
Consejos para tratar un trastorno del sueño en niños
Aunque, en la actualidad, tu hijo no padezca ninguno de estos trastornos del sueño, eso no significa que necesariamente siempre sea así. Por ello, en tal caso, lo mejor es la prevención.
Si tu niño es menor de 2 meses, es importante que esté despierto mientras come. Asimismo, luego de hacerlo, debe permanecer despierto en los brazos, mientras elimina los gases. Luego de cambiarle los pañales, acuéstalo en la cama para que aprenda a dormirse solo. Esfuérzate por desarrollarle una rutina antes de acostarse, esta rutina puede incluir: baño, masaje, cena, cuento, dormir.
Si se encuentra entre los 2 y 5 meses de nacido, lleva una rutina todas las noches antes de acostarse, no lo despiertes por las noches para darle de comer y, luego de los 3 meses procura que tenga su propia habitación.
Entre los 5 y 12 meses de nacido, ya no debería comer durante las noches. En caso de que se despierte, cálmalo con caricias y frases cariñosas. Dale algún objeto que le haga compañía, como un peluche o un muñeco.
Luego de los 12 meses, debe estar rodeado de un ambiente tranquilo, oscuro y agradable, la hora de acostarse y la de levantarse siempre tiene que ser la misma. Evita que realice actividad física intensa, al menos, unas 2 horas antes de acostarse. No le des chocolate o bebidas que contengan cafeína y tampoco permitas que duerma siestas muy extensas.
Al llegar a los 2 años, evita que se vaya a dormir con hambre y trata de que no tome demasiada agua como para que se despierte por la noche a ir al baño.
Entre los 2 y 5 años de edad, evita las cosas que pudieran potenciar su angustia o miedos. Evita darle cualquier tipo de bebida que pueda excitarlo demasiado. De igual manera, procura que no realice ninguna actividad física exigente una o dos horas antes de irse a dormir. No relaciones la comida o el sueño con un castigo.
En caso de que le cueste dormir, evita regañarlo o gritarle. Por el contrario, trata de darle seguridad y continúa con la rutina. Intenta, por todos los medios, no perder la calma. Si pones en práctica estas recomendaciones, evitarás que tu hijo desarrolle algún tipo de trastorno del sueño y harás que su experiencia al dormir, sea para él mucho más placentera y agradable.