Cómo diagnosticar un trastorno esquizoide en niños
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Desde el momento en que nacemos y nos vamos desarrollando, comenzamos a formar nuestra propia personalidad. Es decir, comienzan a hacerse notorias las cosas que nos gustan y las que no, como los alimentos, los programas de televisión, los juguetes, los colores que nos gustan vestir, el tipo de ropa, etc.
Estas decisiones las tomamos teniendo en consideración las diferentes opciones que se presentan ante sí y pensando en lo que es mejor para nosotros. Por ello, es normal que seamos selectivos en los diferentes ámbitos de nuestra vida, a la hora de decidir qué estudiar, de seleccionar el tipo de trabajo que realizaremos, en dónde lo realizaremos, qué tipo de personas serán nuestros amigos, cómo será nuestra pareja sentimental, entre otros aspectos importantes.
Todas estas decisiones suelen ser sencillas cuando se tiene una personalidad bien definida y cuando no hay ningún problema emocional o psicológico que pudiera estorbar en nuestro desenvolvimiento personal y en la toma de decisiones.
Puesto que este es un proceso que cada quien lleva a su ritmo, es normal que los padres se sientan despreocupados ante ciertas señales de alerta que pudiera estar manifestando su hijo. En ocasiones, puede que les cueste socializar o sean víctimas del acoso escolar o del abuso infantil.
Tal vez se sientan mejor estando solos o no les guste compartir sus juguetes con otros niños ni jugar con ellos. Puede que ni siquiera hablen. Cabe destacar que estas conductas no son del todo normales. De ahí la importancia de que los padres estén atentos a la conducta que manifiestan sus hijos mientras crecen y se desarrollan.
En ocasiones, dan por sentado que sus hijos son niños sanos física y mentalmente. Pero, lo cierto es que existen enfermedades que desconocemos. Por ejemplo, ¿cómo es posible diagnosticar el trastorno esquizoide en niños?
Instrucciones para diagnosticar un trastorno esquizoide en niños
Este trastorno de personalidad se caracteriza por no sentir interés en socializar con otros. Todo lo contrario, la persona manifiesta total indiferencia a la hora de relacionarse con otros, incluso con sus familiares más cercano, como los padres y hermanos.
Por otra parte, este tipo de persona tampoco manifiesta ningún tipo de afecto hacia los demás. Si bien es cierto que, en la actualidad, se desconoce la causa que pueda llevar a desarrollarlo, se cree que ciertos factores genéticos pueden estar involucrados.
Es importante tener en cuenta que, al hablar del trastorno de personalidad esquizoide, no me refiero a la esquizofrenia.
Aunque son estados que se encuentran relacionados, la persona con esquizofrenia pierde contacto con el mundo de real y presenta episodios de delirios y alucinaciones, las cuales pueden se visuales o auditivas.
En contraste con quien padece de trastorno esquizoide. Estas personas están consientes de su realidad y al comunicarse lo hacen de forma clara y entendible.
No obstante, quien padece de trastorno esquizoide, en una crisis, pudiera llegar a desencadenarse la esquizofrenia y otros tipos de trastornos de personalidad, como la ansiedad y la depresión.
Ahora bien, ¿cómo saber si un niño padece trastorno esquizoide? Algunas señales de alerta, que debes tener en cuenta, son las siguientes:
- No exteriorizan sus sentimientos, como la felicidad, la ira, la tristeza, el enojo, etc. De hecho, se puede considerar que el niño es frío o que no tiene sentido del humor.
- No le da importancia a los comentarios positivos o negativos que puedan emitir las demás personas.
- Manifiesta poco interés en las actividades del tipo social.
- Tienen preferencia por realizar actividades completamente solos.
- Tienden a pensar que las personas que los rodean no son confiables.
- Se comportan de manera excéntrica y, por lo tanto, suelen tener pensamientos, gestos e ideas que parecen extrañas.
- Divagan en su manera de hablar y utilizan expresiones poco comunes.
- Su forma de vestir también es excéntrica. Utilizan prendas de vestir que no combinan entre sí y que los hace lucir desaliñados.
- Puede que crea que tiene poderes, como telequinesis, telepatía, super fuerza, invisibilidad, etc.
- Evitar tener contacto con otras personas, lo que incluye a su familia cercana.
- Puesto que todo el tiempo, o la mayoría de él, está aislado de los demás y son introvertidos, no tiene amigos en la escuela ni en ningún otro lugar.
- Por lo general, pasa mucho tiempo en su cuarto sin querer tener contacto con los demás.
Es importante que, como padre, te mantengas alerta ante cualquiera de estos indicios. En especial, si notas que el niño no reacciona de ninguna manera, pese a estar pasando por un momento de mucha tensión emocional o muy impactante. Tu hijo podría estar sufriendo de trastorno esquizoide.
¿Que necesitas para diagnosticar un trastorno esquizoide en niños?
Tal como ya te lo he mencionado anteriormente, no existe causa aparente para el desarrollo del trastorno esquizoide en niños. Sin embargo, ciertos factores genéticos y ambientales pudieran estar involucrados, ya que intervienen en el desarrollo de las habilidades sociales de los niños.
Ten en cuenta que, durante los primeros años de vida, los niños suelen aprender conductas y códigos de comportamiento. Además, comienzan a desarrollar y definir su personalidad.
Sin embargo, tanto los comportamientos adquiridos, como la genética, las influencias de carácter ambiental y los cambios que se producen en la química del cerebro no son los mismos en el caso de todos los niños y esto es completamente normal y aceptable, ya que cada uno crece en circunstancias diferentes.
Por ejemplo, si un niño crece con padres que son demasiado fríos y manifiestan un carácter distante, esto puede dar pie al desarrollo de esquizoide en niños.
Por otra parte, si alguno de los padres del niño o algún familiar cercano sufre de este trastorno o de algún otro, las posibilidades de que este trastorno se manifieste se incrementan de manera considerable.
Consejos para diagnosticar un trastorno esquizoide en niños
Si comienzas a notar algunas de estas señales de alerta y te estás sintiendo preocupado por ello, lo mejor que puedes hacer, y lo más recomendable, es solicitar una cita con un médico especialista. De esta manera, el niño podrá recibir un diagnóstico adecuado, ya que existe la posibilidad de que se confunda con la esquizofrenia o con el trastorno esquizotípico de la personalidad.
Con respecto al tratamiento, este puede consistir en terapias individuales, pero también en terapias de grupo y, en algunas circunstancias, tal vez se requiera la administración de ciertos medicamentos, con el fin de combatir los síntomas y mejorar el comportamiento.
El objetivo de la terapia es que el niño pueda desarrollarse con total normalidad dentro de su círculo familiar y con la sociedad. Asimismo, se pretende enseñarles conductas que les permitan ser un adulto independiente en el futuro, como cualquier otro adulto normal.
Es importante que no te tomes este asunto a la ligera. No dejes pasar ninguna de estas señales de alerta ya que, en vista de la personalidad y el carácter que manifiestan estos niños, suelen ser víctimas de bullying o acoso escolar por parte de sus compañeros de clases.
También pueden ser etiquetados por sus maestros y recibir un trato diferente al de los demás por ser retraídos y no querer convivir ni socializar con nadie más o por no manifestar afecto u otras emociones como los demás niños.
Si bien es cierto que esta pudiera ser una situación difícil y que, al principio, te sentirás desorientado y sin saber cómo actuar para tener los mejores resultados, no debes caer víctima de la desesperación. Tampoco debes caer en el error de darlos por perdidos. Con la ayuda necesaria, pueden reintegrarse a la sociedad y llevar una vida completamente normal.
Por supuesto, como es de esperarse, puede que, en primera instancia, ofrezcan cierta resistencia. Por consiguiente, debes manifestar mucha paciencia y autocontrol, a fin de no caer presa de tus emociones que, aunque justificadas, pudieran llevar a tirar la toalla prontamente.
Sigue manifestándole cariño y afecto, así no te corresponda con el mismo trato. Si persistes y no te rindes, puedes ayudar a tu hijo en su lucha contra el trastorno esquizoide en niños.