Cómo hacer queso azul
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Existen comidas muy deliciosas que, lamentablemente, solo podemos comer cuando vamos a los restaurantes, ya sea porque son muy caros para comprarlos en el supermercado o porque son muy escasos y no siempre podemos tener acceso a ellos.
Sin embargo, existen otros que forman parte de nuestra dieta diaria, como el pan, la leche, el arroz, la mantequilla, los granos y el queso. Con respecto a este último, existe una gran variedad de quesos cada uno con características particulares que lo hacen diferente en sabor, textura y hasta en valor nutricional.
Por su puesto, mientras más complejo sea el proceso de elaboración del queso, más costoso será. Por eso, varía tanto el precio del queso pasteurizado al del queso mozzarella, el queso feta o, incluso, el queso azul, el cual se incluye como ingrediente de recetas de un valor culinario muy elevado.
Este tipo de queso es muy valorado porque se destaca por su sabor. Puesto que combina diferentes tonos picantes y salados, complace los paladares más refinados del mundo entero. Además, es considerado como el acompañante ideal para bebidas y cócteles.
Entre sus principales características se encuentran unas venas que varían de color. Estas pueden ser verdes, azules, grises e, incluso, negras. Asimismo, su textura puede variar de suave y cremoso a firme.
Comprar este tipo de queso puede llegar a ser considerado como un verdadero lujo. Pero, ¿qué te parece la idea de hacerlo en tu propia casa? Existe esa posibilidad y, el día de hoy, estaré diciéndote cómo lo puedes hacer y qué ingredientes necesitas para lograrlo.
Si bien es cierto que, para algunos, este proceso puede llegar a ser muy complicado, el conocer la técnica correcta te dará la oportunidad de intentarlo una y otra vez hasta conseguir el resultado deseado: queso azul fresco y casero.
Instrucciones para hacer queso azul
Para obtener queso azul fresco, solo tienes que asegurarte de seguir estas breve indicaciones:
- Coloca 200 gramos de leche en la licuadora, junto con 30 gramos de camembert y 20 gramos de queso roquefort. Asegúrate de triturarlo bien hasta que se hayan integrado por completo.
- Una vez que lo hayas hecho, deja que repose, en un sitio fresco, por unas 48 horas. Cúbrelo con servilletas y hazle unos orificios en la superficie para que el aire pueda circular.
- En una olla, coloca 2 ½ litros de leche. Utiliza un termómetro para mantener controlada su temperatura, la cual no debe exceder los 35º. Llegados a este punto, apaga el fuego y, sin dejar de remover, agrega la mezcla que tuviste reposando por 48 horas y sigue removiendo hasta que se haya disuelto del todo.
- A fin de conservar la temperatura de la leche, tápala con una toalla limpia y deja que repose por una hora.
- Luego de transcurrida la hora, agrega un cuajo. Esto se hace con los pétalos del cardo color morado, los cuales se colocan en un tarro de cristal con agua por un día. Remueve con la varilla y deja que cuaje por otras 48 horas a temperatura ambiente. Luego de este tiempo verás que el cuajo está más espeso y se habrá separado del cuajo.
- Ahora tendrás que cortar el cuajo y dejarlo reposar por 90 minutos. Después, tienes que colarlo. Para ello, usa una maya de tela de algodón y deja que escurra por unas 12 horas más. Evita apretar la tela para acelerar el proceso, la idea es que escucha usando su propio peso.
- Saca el cuajo de la tela y colócala en un recipiente. Presiónala con los dedos para darle forma y para que salga el resto de suero que le queda. Déjalo que repose por 20 horas más. Sin embargo, cuando lleve 10 horas, deberás asegurarte de darle la vuelta.
- Luego de las 20 horas, saca el cuajo del molde y, en un recipiente pequeño prepara lo que se conoce con el nombre de salmuera. Esto se hace con 160 gramos de sal y un litro de agua. Coloca el cuajo en él y déjalo ahí por 60 minutos.
- Una vez que esté salado, escúrrelo en una rejilla, a temperatura ambiente, por otras 24 horas. Pero, si el tiempo está muy caluroso, reduce el tiempo de secado.
- En este punto comenzará el tiempo de maduración, el cual se extiende, al menos, por un mes. La temperatura debe estar entre los 10 y 15º C y la humedad debe ser de un 95%. Esto lo puedes lograr colocando el queso en un escurridor con agua en el fondo. Sin embargo, el agua no debe tocar el queso.
Parta mantener la humedad, coloca el escurridor dentro de una bolsa plástica en un lugar fresco. Por ejemplo, en la parte menos fría de la nevera. El queso debe permanecer ahí unos 12 días. Pero debes darle la vuelta todos los días, con la finalidad de que el moho vaya envolviendo al queso de forma uniforme.
- Luego de los 12 días, colócalo en la parte más fría del refrigerador, sin la bolsa, por unos 10 días más. En este caso, emplea un recipiente de cristal que sea de menor tamaño que el anterior. Notarás que, por el lado fuera, comienza a formársele una capa azul, esto se debe al efecto del queso roquefort.
- Después de los 10 días, sácalo del recipiente de cristal y colócalo en la nevera por una semana más. Finalizado los 10 días, el queso estará listo para comer.
¿Que necesitas para hacer queso azul?
Realizar tu propio queso azul es muy fácil y, lo mejor de todo es que no requiere de muchos ingredientes. Para un queso de unos 300 gramos, vas a necesitar los siguientes ingredientes:
- 3 litros de leche de vaca fresca.
- 30 gramos de camembert.
- 20 gramos de queso roquefort.
- 1 litro de agua con pétalos de cardo color morado. También conocido como “cuajo”.
- Sal al gusto.
Para el proceso
El proceso de elaboración lo puedes realizar en tu propia casa, ya que no necesitarás materiales especiales. Los que vas a necesitar son:
- En recipiente de plástico al que le tienes que hacer agujeros para que el suero se escurra.
- Una balanza para que puedas pesar los ingredientes y tener medidas exactas.
- Un termómetro para verificar la temperatura de la leche y que esta no exceda los 35ºC.
- Una rejilla de algodón para que puedas poner a escurrir el cuajo.
Consejos para hacer queso azul
Tal como has podido darte cuenta, el proceso de elaboración del queso azul requiere de tiempo. No es algo que puedas hacer de un día para otro, ni siquiera de una semana para otra. Por lo tanto, es importante que seas paciente y que te mantengas atento para no pasar por alto ningún detalle del paso a paso.
A la hora de seleccionar el camembert, es importante que observes que tenga moho blanco tanto por dentro como en la parte externa. De igual manera, el queso roquefort debe tener el aspecto azul que lo caracteriza.
Vigila con mucho cuidado la temperatura de la leche, ya que si llega a exceder los 35º C las bacterias morirán por exceso de calor. En cambio, si la temperatura es inferior, no corres riesgo de nada. De ahí la importancia de contar con un buen termómetro.
Cuando haya finalizado todo el proceso de curado y el queso ya esté listo para ingerir, sácalo de la nevera para que pierda el frío y cómelo como aperitivo con una buena copa de vino o úsalo como ingrediente de algún plato exquisito.
Si bien es cierto que el proceso de elaboración podría ser un poco tedioso, los resultados valdrán la pena. De hecho, pronto querrás volverlo a hacer, pues su textura suave y blanda te dejará con ganas de comértelo todo de un solo bocado. Anímate a hacer tu propio queso azul casero. No te prives de estos pequeños placeres de la vida y disfrútalo en compañía de tu familia y amigos.
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